China continúa trabajando en su objetivo de llegar a la Luna antes de 2030. Este miércoles, 20 de marzo, la Administración Nacional del Espacio de China lanzó con éxito un nuevo satélite de retransmisión para las comunicaciones entre la Tierra y el satélite, llamado Queqiao-2 (Puente de las Urracas-2). (Lea: El Liverpool de Luis Díaz entrena los tiros de esquina con inteligencia artificial)
El cohete Gran Marcha-8 que transportaba el satélite, despegó a las 08:31 desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, en la provincia meridional de Hainan, según reportó la agencia estatal de noticias Xinhua. Después de 24 minutos, el artefacto se separó del cohete y entró en la órbita de transferencia Tierra-Luna planificada.
De acuerdo con la información de la Administración Espacial, los paneles solares y las antenas de comunicaciones del satélite se desplegaron con normalidad. Este es un paso clave para las futuras misiones de exploración lunar que tiene planeadas el país asiático.
El lanzamiento de Queqiao-2 hacia la Luna, que se preveía que sería a mitad de año, hace parte de la preparación para la misión la misión lunar, llamada Chang’e-6, una expedición robótica que llegará hasta la Cuenca del Polo Sur-Aitken, para recolectar muestras de la cara oculta de la Luna. Si la misión tiene éxito, será la primera vez que se obtengan este tipo de muestras.
Queqiao-2 tiene un peso de 1.200 kilogramos y está equipado con una antena parabólica de 4,2 metros. Su órbita elíptica le permitirá mantener comunicación tanto con la Tierra como con la cara oculta de la Luna. (Lea: Publican el mapa más grande de cuásares, uno de los objetos más brillantes del Universo)
El satélite de retransmisión tiene una vida útil de misión de más de ocho años y está destinado a apoyar tanto la misión Chang’e-6 como las posteriores Chang’e-7 y Chang’e-8, también al polo sur de la Luna.