China, primero en llegar al otro lado de la Luna

La sonda Chang’e 4 envió varias fotos de la superficie lunar. La nave hará estudios sobre radiofrecuencias bajas y lleva semillas para comprobar si en esa superficie es posible replicar un proceso de fotosíntesis.

Paula Casas Mogollón
04 de enero de 2019 - 02:00 a. m.
Esta es la primera imagen tomada por la sonda Chang’e 4 en el momento del alunizaje en la cara oculta de la Luna. / AFP
Esta es la primera imagen tomada por la sonda Chang’e 4 en el momento del alunizaje en la cara oculta de la Luna. / AFP
Foto: AFP - HANDOUT

El lado oculto de la Luna ha sido uno de los misterios espaciales más difíciles de resolver para la comunidad científica. Hasta este jueves, ningún astronauta ni nave espacial había logrado llegar a la superficie oculta. Sin embargo, China rompió este paradigma.

La sonda Chang’e 4, que fue lanzada el 8 de diciembre, tocó el suelo del satélite según informó la Administración Nacional del Espacio de China, dos horas después de haberse producido el aterrizaje. “Logramos un resultado extremadamente preciso. El alunizaje fue suave y en un lugar ideal, en el centro de la zona seleccionada”, declaró Sun Zezhou, ingeniero de la Administración Espacial Nacional de China (CNSA) y jefe de la misión.

La nave no tripulada viajó desde el centro de lanzamiento de satélites Xichang, en el sur de China, y llegó al cráter Von Kármán, llamada así por Theodore von Kármán, director de doctorado de Qian Xuesen y fundador del programa espacial chino. Está ubicado en la zona de impacto más antigua y más grande de la superficie lunar: la cuenca Aitken. Varios relatos de astrofísicos apuntan a que este cráter se formó por el impacto de un asteroide gigante hace miles de millones de años.

El domingo la sonda ya había entrado en órbita lunar elíptica, con el punto más cercano al astro a unos 15 kilómetros de su superficie y el más lejano a 100 kilómetros. A partir de ese momento, se estaba buscando el punto idóneo para aterrizar en la cara oculta. “La Luna también recibe luz en esa zona. Un día lunar es aproximadamente 14 días nuestros y se necesitaba luz solar para que el módulo de aterrizaje y el vehículo móvil de exploración funcionaran como estaba previsto”, explicó a El Espectador Alberto Quijano Vodniza, director del Observatorio Astronómico de Pasto.

Mientras se aproximaban a ese punto, los ingenieros verificaban el buen funcionamiento de la sonda y del satélite Queqiao, ya que, como aclaró la Administración Nacional, dichas herramientas sirven de enlace para comunicar el vehículo explorador con la Tierra. Uno de los principales obstáculos técnicos de la misión es que la comunicación con la nave no puede ser directa, porque la masa de la Luna lo impide. Como la cara oculta está orientada en sentido opuesto al planeta, no hay una “línea de visión” directa para transmitir señales, a menos que se instale un relevo.

Superando cualquier impase, la misión Chang’e 4, bautizada así en honor a la diosa china de la Luna, tocó la superficie lunar sin ningún traspié en el cráter Von Kármán, de 186 kilómetros de diámetro, situado en la cuenca Aitken (en el polo sur). “Se ha abierto un nuevo capítulo en la exploración lunar por parte del hombre”, aseguró en un comunicado la agencia espacial.

“Esta es la primera misión que logra un descenso controlado en el lado lejano de la Luna y apenas el segundo alunizaje en los últimos 43 años. La coordinación técnica demostrada en esta misión confirma que China hace parte de la élite mundial en términos de exploración espacial”, dijo a este diario Juan Diego Soler, investigador del Instituto Max Planck de Astronomía en Heidelberg, Alemania y Magnetic fields and ISM, sobre la misión. (¿Cómo logró China aterrizar en la cara oculta de la Luna?)

Ninguna sonda ni módulo de exploración se había posado antes en la superficie de la cara oculta de la Luna. Todos los alunizajes precedentes tuvieron lugar en la cara visible, la más cercana a la Tierra, que está siempre orientada hacia nuestro planeta. La nave cuenta con cámaras para grabar el alunizaje y las imágenes del terreno, y un espectrómetro de baja frecuencia. La Administración del Espacio publicó las primeras fotografías enviadas por la sonda, pero no es la primera vez que se logra captar imágenes de la cara oculta de la Luna. La Unión Soviética, el 7 de octubre de 1959, con su sonda automática Luna 3, consiguió las primeras instantáneas. (Vea también: Las primeras imagenes del lado oscuro de la luna)

El objetivo del vehículo de exploración es hacer un reconocimiento de la historia y la geología de la región, además de la composición de su suelo. Los investigadores buscan que Chang’e 4 pueda analizar pedazos de rocas y piedras de esa cara lunar que, hasta el momento, había sido invisible desde la Tierra. Con esta información, se podrán confirmar o desmentir las teorías científicas que, como cuenta Quijano Vodniza, dicen que este lado tiene una corteza más antigua y gruesa, llena de cráteres, y, quizá, con algunas planicies oscuras de basalto creadas por el flujo de lava.

La misión también incluirá otros experimentos científicos. Quijano Vodniza informa que la sonda lleva a bordo huevos de gusano de seda, semillas de papas y de flores para observar la germinación, crecimiento y respiración en las condiciones de baja gravedad en la superficie lunar.

Soler resalta la importancia de esta misión, ya que para él “la exploración espacial es muy difícil y no solamente necesita una inyección de capital sino también el desarrollo de generaciones de científicos y técnicos que les dan soporte a estas misiones. China ha demostrado que ha logrado formar la infraestructura necesaria para dar el salto al espacio”.

Como dice José Saramago en su ensayo El lado oculto de la Luna: “Es la hora de que veamos la Luna en todo su esplendor. No la tapen, por favor”.

Por Paula Casas Mogollón

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