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Científicos creen que veremos explotar un agujero negro en la próxima década

Durante medio siglo se creyó que ver explotar un agujero negro era un evento tan raro que ocurría apenas una vez cada 100.000 años. Hoy, un grupo de físicos asegura que podríamos presenciar uno en la próxima década. Y si eso sucede, no solo estaríamos frente a un espectáculo cósmico: tendríamos la llave para responder de dónde viene todo lo que existe.

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11 de septiembre de 2025 - 12:59 p. m.
Imagen de referencia. Durante medio siglo se creyó que ver explotar un agujero negro era un evento tan raro que ocurría apenas una vez cada 100.000 años.
Imagen de referencia. Durante medio siglo se creyó que ver explotar un agujero negro era un evento tan raro que ocurría apenas una vez cada 100.000 años.
Foto: NOIRLab/NSF/AURA/EFE - J. da Silva/M. Zamani
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Durante años, los físicos pensaron que las explosiones de agujeros negros eran un fenómeno extremadamente raro, algo que ocurría, con suerte, una vez cada 100.000 años. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Physical Review Letters por investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst plantea un escenario radicalmente distinto: la humanidad tendría hasta un 90 % de probabilidades de presenciar la explosión de un agujero negro en los próximos diez años. Y, si estamos preparados, los telescopios actuales —tanto espaciales como terrestres— podrían registrar el evento.

La hipótesis no solo desafía lo que sabíamos, sino que abre la puerta a descubrir un tipo de agujero negro que nunca se ha observado directamente: los llamados agujeros negros primordiales. Estos objetos, a diferencia de los que nacen del colapso de estrellas gigantes, habrían surgido en los primeros instantes del universo, menos de un segundo después del Big Bang, hace unos 13.800 millones de años.

Ver una explosión de este tipo equivaldría a tener en nuestras manos un catálogo completo de todas las partículas subatómicas existentes. No solo confirmaría lo que ya conocemos —electrones, quarks, bosones de Higgs—, sino también las partículas hipotéticas como las de la materia oscura y, posiblemente, otras que hoy ni siquiera imaginamos. En palabras simples: podría responder a una de las preguntas más antiguas de la humanidad, ¿de dónde proviene todo lo que existe?

El legado de Hawking

La base de esta teoría se encuentra en una predicción de Stephen Hawking en la década de 1970. El físico demostró que los agujeros negros no eran objetos completamente inertes, sino que podían emitir energía a través de lo que hoy se conoce como “radiación de Hawking”. Según este planteamiento, los agujeros negros más pequeños serían más calientes y, a medida que se evaporan, podrían liberar cada vez más radiación hasta llegar a una explosión final.

Los agujeros negros primordiales, al ser mucho más ligeros que los formados por estrellas colapsadas, serían los candidatos perfectos para este fenómeno. La clave estaría en identificar esa radiación antes del estallido. “Sabemos cómo observar esta radiación y podemos hacerlo con los telescopios actuales”, explicó Joaquim Iguaz Juan, investigador postdoctoral y coautor del estudio.

Hasta ahora, los físicos habían asumido que estos agujeros negros eran eléctricamente neutros. El equipo de UMass Amherst, sin embargo, propuso una variación: que los agujeros negros primordiales podrían formarse con una pequeña carga eléctrica oscura. Este detalle, aparentemente menor, cambia por completo la ecuación. Según los cálculos, esa carga permitiría que el agujero negro se estabilizara temporalmente antes de liberar toda su energía en una explosión.

El resultado es un giro inesperado: en lugar de esperar milenios para observar un evento de este tipo, podríamos presenciarlo en el transcurso de una década. “No afirmamos que vaya a ocurrir con certeza, pero las probabilidades son altas”, señaló Michael Baker, otro de los autores del artículo.

El impacto de observar una explosión de un agujero negro primordial sería monumental. No solo confirmaría la existencia de estos objetos hipotéticos, sino que también brindaría la primera evidencia directa de la radiación de Hawking. Además, permitiría a la física moderna mapear cada partícula fundamental del universo, una tarea que hasta ahora ha sido imposible.

Andrea Thamm, profesora adjunta de física en UMass Amherst y coautora del estudio, lo resume así: “Cuanto más ligero sea un agujero negro, más partículas emitirá. Si vemos una explosión, no solo confirmaremos teorías de hace medio siglo, también abriremos una ventana completamente nueva para entender la historia del cosmos”.

Prepararse para lo desconocido

La conclusión de los investigadores es clara: la comunidad científica debe estar lista. La infraestructura ya existe —los observatorios espaciales y los telescopios de última generación podrían detectar la radiación de Hawking—, pero será clave coordinar esfuerzos internacionales para no dejar pasar una oportunidad que podría ocurrir solo una vez en la historia de la humanidad.

En definitiva, lo que hasta ahora parecía improbable podría estar a la vuelta de la esquina. Si un agujero negro primordial explota en la próxima década, no solo estaremos presenciando un fenómeno cósmico sin precedentes: estaremos escribiendo un nuevo capítulo sobre el origen y la naturaleza misma del universo.

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