Un equipo de oceanógrafos de la Institución Scripps de Oceanografía, uno de los centros más grandes y antiguos de Estados Unidos para la investigación, en asociación con la Universidad Nacional de Chungnam y la Universidad de Hawái, identificó 19.325 nuevos montes submarinos, ampliando un catálogo publicado anteriormente que contaba con 24.643 montes submarinos. Poco más de 700 de esos volcanes tienen alturas comprendidas entre 421 y 2.500 metros.
Su investigación acaba de ser publicada en la revista Earth and Space Science. El modelo de los científicos sugiere que la mayoría de los montes submarinos son pequeños y que podría haber entre 50 y 100 mil montes submarinos con alturas superiores a 1 km, aunque alrededor de unos 730 superan esa altura. El conocimiento de la distribución mundial de los montes submarinos sigue siendo incompleto porque solo el 20 % del fondo marino ha sido cartografiado por buques. ¿Y por qué es importante saber esto?
Los científicos señalan que los montes submarinos son características valiosas del fondo oceánico, ya que proporcionan información sobre muchos de los ciclos y procesos geológicos, oceanográficos y ecológicos de la Tierra. “(...) Son especialmente importantes porque constituyen ventanas a la composición y la temperatura del manto del océano). También pueden utilizarse para explicar la evolución tectónica del planeta, sirven como registro del movimiento absoluto de las placas y son hábitat para una gran variedad de vida marina.
¿Cómo lo hicieron?
Existen dos métodos para cartografiar los montes submarinos: la cartografía topográfica mediante ecosondas o sonares a bordo de buques y la cartografía del campo gravitatorio mediante altimetría por satélite. La primera proporciona topografía de alta resolución, pero gran cantidad del océano (alrededor del 80%, dicen los científicos) permanece sin cartografiar, ya que requiere de mucho tiempo y es muy cara.
Debido a esto, los científicos han recurrido a la altimetría por satélite para obtener una cartografía de baja resolución pero global. Estudios anteriores han demostrado que las anomalías gravitatorias pueden utilizarse para encontrar montes submarinos de más de 2 km de altura. Básicamente, los investigadores detectaron los cambios en la atracción gravitatoria relacionada con la topografía del fondo marino.