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La semana pasada, China envió al espacio exterior el cohete Long March 5B para lanzar parte de su estación espacial. Sin embargo, según información del Pentágono (Estados Unidos), el cohete de 22 toneladas está fuera de control y se teme que parte de sus desechos impacten áreas habitadas del Planeta Tierra.
Según un comunicado del Departamento de Defensa de EEUU, se espera que el cohete entre en la atmósfera de la Tierra “alrededor del 8 de mayo”, según quien dijo que el Comando Espacial de Estados Unidos está rastreando la trayectoria del cohete para calcular si caería en un área habitada.
Sin embargo no hay motivos por los cuales preocuparse. Según dijo el astrofísico Jhonathan McDowell a CNN, “el riesgo de que haya algún daño o de que impacte a alguien es bastante pequeño, no insignificante, podría suceder, pero el riesgo de que te impacte es increíblemente pequeño. Entonces, no perdería ni un segundo de sueño por esto como una amenaza personal. Esperamos que vuelva a entrar en algún momento entre el 8 y el 10 de mayo. Y en ese período de dos días, da la vuelta al mundo 30 veces. La cosa está viajando como a 30.000 kms por hora. Entonces, si estás a una hora de adivinar cuándo baja, estás a 30.000 kilómetros de decir en qué punto caerá”, explica.
A pesar de que sea muy difícil tratar de determinar el lugar de impacto del cohete, vale la pena decir que algunos usuarios han registrado a portales especializados como SpaceNews que estaba cayendo y no estaba bajo control. Aunque el resultado más probable es que caiga al mar, ya que el océano cubre aproximadamente el 71% del planeta y otros restos del espacio exterior suelen caer allí, como los meteoritos.
De acuerdo con The Guardian, el lanzamiento del cohete fue parte de 11 misiones planificadas como parte de la construcción de la estación espacial de China, que se espera que se complete a fines de 2022. Se espera que la estación espacial en forma de T pese alrededor de 60 toneladas, considerablemente más pequeña que la Estación Espacial Internacional, que lanzó su primer módulo en 1998 y pesa alrededor de 408 toneladas.
Parte del problema es que el cohete sin control genera aún más basura espacial, un problema creciente e ignorado. En febrero de este año, el director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jan Wörner, ha alertado de la “amenaza” que plantea la basura espacial y ha apoyado una exploración sostenible del espacio al anunciar que el organismo informará semanalmente de los riesgos y las soluciones a esos desechos.
Wörner ha advertido de que tanto el número cada vez mayor de satélites como el rápido aumento del tráfico espacial supone “una amenaza” para la exploración del espacio, puesto que puede incrementar drásticamente la posibilidad de colisiones. El director de la ESA ha recordado en un comunicado que “ha comenzado una nueva era del espacio, en la que se están lanzando al cielo grandes constelaciones de miles de satélites”.
“El espacio tiene sus límites”, ha señalado por su parte la directora de la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA), Simonetta Di Pippo, quien ha alertado de que los desechos espaciales representan un “riesgo evidente” para la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio.