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Por naturaleza, los gatos son animales vocales, es decir que maullan, chillan y ronronean. Si tienen uno en casa quizá alguna vez le han oído alguno de estos sonidos, especialmente el ronroneo que es cuando hacen ese sonido sútil que parece significar satisfacción en el felino.
Este último sonido ha sido un misterio por años, no solo para quienes quieren saber qué significa realmente, sino también para saber cómo son capaces de producirlo. Durante años han surgido diferentes hipótesis. Algunos creían que el ronroneo de los gatos estaba ligado a la circulación de la sangre por la vena cava inferior, un vaso sanguíneo que lleva la sangre desoxigenada al lado derecho del corazón. (Lea: Alimentar a las vacas con algas rojas ayudaría a reducir emisiones)
Otros creían que los ronroneos se producían mediante un mecanismo a través de la contracción y relajación de los músculos de las cuerdas vocales dentro de la laringe, lo cual requiere un control y una entrada neuronal constante por parte del cerebro.
Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista Current Biology, a principios de octubre, estudió el origen del complejo sonido que emiten los gatos. El grupo, dirigido por el científico Christian T. Herbst de la Universidad de Viena, encontró que una ‘almohadilla’ especial incrustada en las cuerdas vocales podría ser la explicación de esos sonidos de baja frecuencia.
“La laringe de los gatos puede producir fácilmente sonidos de ronroneo con frecuencias fundamentales de 25 a 30 Hz”, indican los investigadores en el estudio. Dicen además que, contrario a lo que se creía, las contracciones musculares cíclicas no son necesarias para generar los ronroneos de los gatos. (Lea: Van más de 70 muertos y 100 desaparecidos por desbordamiento de un lago glaciar)
La laringe del gato doméstico (Felis silvestris catus) puede producir sonidos con frecuencias bajas sin necesidad de ninguna entrada neuronal cíclica ni contracciones musculares repetitivas. El mecanismo de producción de sonido observado es similar a la “alegre vocal” humana.
La ‘almohadilla’ que mencionan los investigadores es visible macroscópicamente. Están a lo largo del borde interno (glótica) de las cuerdas vocales y carecen de cápsula. En sí, son en células en forma de estrella, con fibras elásticas y escasas fibras de colágeno. Estas se presentan independientemente de la edad y el sexo del felino, y pueden alcanzar un tamaño de hasta 4 milímetros.