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Crean el marcapasos más pequeño del mundo: tiene el tamaño de un grano de arroz

Investigadores de la Universidad de Northwestern desarrollaron un marcapasos que puede ser inyectado y, dicen, será especialmente útil para corazones pequeños, como los de los recién nacidos.

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03 de abril de 2025 - 01:26 a. m.
El marcapasos, comparado con el tamaño de un grano de arroz.
El marcapasos, comparado con el tamaño de un grano de arroz.
Foto: John A. Rogers/Northwestern University
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“Hemos desarrollado lo que, hasta donde sabemos, es el marcapasos más pequeño del mundo”. “Nuestra principal motivación fueron los niños”.

Las frases que expresaron en un comunicado los profesores John A. Rogers, investigador de bioelectrónica, e Igor Efimov, cardiólogo, resumen bien el desarrollo que acaban de presentar a través de una publicación en la revista Nature.

Ambos, integrantes de la Universidad de Northwestern, desarrollaron un marcapasos que es tan pequeño como un grano de arroz y promete ser una posible solución para los niños que nacen con defectos cardíacos congénitos y requieren este dispositivo. Para ser precisos, tan solo mide 1,8 milímetros de ancho, 3,5 milímetros de largo y 1 milímetro de grosor.

Como explican en el boletín, este artefacto fue probado con éxito tanto en modelos animales de diferentes tamaños, así como en corazones humanos de donantes que fallecieron. Sus hallazgos sugieren que es un prototipo eficaz que, como señala Rogers, va a ser útil en cirugías cardíacas pediátricas, donde contar con prototipos de menor tamaño a los actuales va a ser de gran ayuda.

“Alrededor del 1% de los niños nacen con cardiopatías congénitas, independientemente de si viven en países con o sin recursos. La buena noticia es que estos niños solo necesitan un marcapasos temporal después de una cirugía. En aproximadamente siete días, el corazón de la mayoría de los pacientes se autorreparará. Pero esos siete días son cruciales. Ahora podemos colocar este diminuto marcapasos en el corazón de un niño y estimularlo con un dispositivo suave, delicado y portátil. Y no se requiere cirugía adicional para extraerlo”, dijo, por su parte, Efimov.

A lo que se refiere es que este marcapasos puede ser inyectado en el cuerpo y se acopla a un dispositivo portátil pequeño e inalámbrico que se pone sobre el pecho del paciente. Al detectar un latido irregular, emite un pulso de luz que activa el marcapasos. “Estos pulsos cortos, que penetran la piel, el esternón y los músculos del paciente, controlan la estimulación”, indican los investigadores.

Además, el dispositivo puede disolverse de forma natural al dejar de ser necesario para el paciente y no se requiere una extracción quirúrgica, que, en otras ocasiones, puede generar alguna complicación.

En palabras de Efimov, en ciertas oportunidades la extracción de un marcapasos puede dañar el músculo cardíaco, por lo cual era vital pensar en un dispositivo que ayudara a evitar esos desafíos.

“El corazón requiere una mínima estimulación eléctrica”, explicó Rogers. “Al minimizar el tamaño, simplificamos drásticamente los procedimientos de implantación, reducimos el trauma y el riesgo para el paciente y, gracias a la naturaleza disoluble del dispositivo, eliminamos la necesidad de realizar extracciones quirúrgicas secundarias”.

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