Astrónomos se han llevado una sorpresa al descubrir la primera galaxia desprovista de materia oscura, un elemento invisible y misterioso que actúa como una especie de "pegamento" de las galaxias y ayuda a su formación.
Esa observación "desafía las teorías habituales sobre la formación de las galaxias", asegura Pieter van Dokkum, de la Universidad de Yale (Estados Unidos), el principal autor del estudio publicado el miércoles en la revista Nature.
"Se trata de un descubrimiento excepcional ya que las galaxias contienen supuestamente más materia oscura que materia ordinaria", indica el Instituto Dunlap para la Astronomía y la Astrofísica de la Universidad de Toronto (Canadá), cuyos investigadores participaron en el estudio.
La galaxia en cuestión, nombrada NGC 1052-DF2, o DF2 de forma más sencilla, se encuentra a 65 millones de años luz de la Tierra. Los científicos ya conocían su existencia y forma parte de las galaxias ultradifusas, cuya densidad es extremadamente baja.
Aunque es mayor que nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene un número 250 veces menor de estrellas.
La materia ordinaria (los átomos), que compone las estrellas, los planetas, los gasas y los polvos de las galaxias, constituyen solamente el 5% del universo.
La materia oscura, que sigue siendo uno de los mayores enigmas de la astrofísica contemporánea, formaría más del 25% del universo.
Es invisible y sólo se puede detectar a través de sus efectos gravitacionales sobre otros objetos del universo. Los científicos piensan que es la materia oscura la que le da una masa adicional a las galaxias, produciendo una mayor gravedad que permite a las galaxias no desagregarse.
En efecto, una galaxia gira tan rápidamente que la sola gravedad producida por la materia observable en ella no basta para mantenerla junta. "La materia oscura se suele considerar como una parte integrante de las galaxias --es el pegamento que las mantiene juntas y el andamio subyacente sobre el que se construyen--", resume una coautora del estudio, Allison Merritt, de la Universidad de Yale, citada en un comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Antes del hallazgo "se pensaba que todas las galaxias tenían materia oscura. Para una galaxia de este tamaño, debería de haber 30 veces más materia oscura que materia ordinaria", indica Roberto Abraham, de la Universidad de Toronto, a la AFP. "En vez de eso, hemos encontrado que no había ninguna materia oscura. Eso no debería ser posible", asegura.
Merritt recuerda que no existe ninguna teoría que prediga este tipo de galaxias. "La manera como se forman es totalmente desconocida".
La existencia de galaxias sin materia oscura del tipo de DF2 podría, paradójicamente, debilitar las teorías cosmológicas que proponen alternativas a la materia oscura, explican los investigadores.
La galaxia DF2 ha sido detectada por un telescopio óptico original llamado Dragonfly (libélula en inglés). Varios telescopios se utilizaron luego para estudiarla, entre ellos el telescopio espacial Hubble.
Diseñado y construido por Pieter van Dokkum y Roberto Abraham, Dragonfly, situado en Arizona, en Estados Unidos, incorpora 48 lentes. Puede detectar objetos astronómicos de muy escasa luminosidad, lo cual le ha permitido descubrir las galaxias ultradifusas.