En un comunicado, publicado este 18 de febrero, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto hizo un anuncio que los arqueólogos han celebrado: el hallazgo de la primera tumba real desde que se encontró la de Ttankamón, en 1922. Desde entonces, no se había descubierto ninguna, hasta ahora.
Se trata de la tumba del rey Tutmosis II, que era la única que hacía falta encontrar entre la de los reyes de la XVIII dinastía de Egipto, explica el ministerio en el boletín que publicó en su página web. Esta dinastía gobernó desde el año 1550 a. C. hasta el 1292 a. C., aproximadamente, y se caracterizó por su éxito militar y la construcción de monumentos.
Para el Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades es uno de “los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años”.
A lo que se refiere es que es una de las piezas más importantes para comprender la historia de la dinastía, pues, aunque el cuerpo de Tutmosis II había sido hallado en otro lugar en el siglo XIX, los arqueólogos no habían podido dar con su tumba verdadera.
El pasaje que condujo a ese lugar se encuentra a unos 2,4 kilómetros al oeste del área del Valle de los Reyes. Lo había hallado en 2022 un grupo egipcio-británico liderado por el Consejo Supremo de Antigüedades y la Nueva Fundación de Investigación Estatal.
Cuando lo encontraron, sospecharon que se trataba de otra tumba, pero varias pistas ayudaron a confirmar que, efectivamente, era la de Tutmosis II. Por ejemplo, como se lee en el comunicado, había varias inscripciones con el nombre del rey Tutmosis II y con las palabras el “rey fallecido”. “Es la primera vez que se encuentran muebles funerarios de este rey, para quien no existen muebles funerarios en ningún museo del mundo”, explica la entidad egipcia.
Sin embargo, los arqueólogos que estaban al frente de la misión no hallaron el recinto en buen estado. Creen que, luego de que fuese depositado allí el cuerpo, hubo alguna inundación y, posiblemente, trasladaron algunos objetos a otro lugar.
Como indicó Piers Liserland, jefe de la misión arqueológica británica del lado inglés, “la tumba se caracteriza por un diseño arquitectónico sencillo que fue el núcleo de las tumbas de los sucesivos gobiernos de Egipto después de Tutmosis II, durante la XVIII Dinastía”.
La tumba, indica el comunicado, incluye “un corredor con un suelo cubierto con una capa de yeso blanco, que conduce a la cámara funeraria en el corredor principal de la tumba, donde el nivel del suelo es, aproximadamente, 1,4 metros más alto que el suelo de la propia cámara”. Se cree ese pasillo se utilizó para transportar el contenido de la tumba principal, incluido el cuerpo de Tutmosis II, después de la inundación.
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