
Ilustración que muestra cómo pudo haber sido el ataque al ave del terror.
Foto: Julián Bedoya
De los restos fósiles que hace poco más de un año permitieron identificar por primera vez la presencia de un gran ave del terror que vivió en lo que hoy es Colombia hace 14 millones de años, había una duda que atormentaba a los investigadores: una serie de marcas en el hueso que parecían hechas por dientes. O dicho de otro modo, la inquietante posibilidad de que aquella ave —un formidable depredador en su tiempo— hubiera terminado como presa. ¿Pero qué otro animal, aún más imponente, podría haberle dado caza a un Phorusrhacidae? ¿O qué...
Conoce más
