La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció la detección de un exoplaneta que parece desencadenar llamaradas de radiación de la estrella que órbita. Estas explosiones estarían afectando a tal grado la atmosfera del planeta, que esta disminuyendo tamaño cada año.
“Se trata de la primera prueba de la existencia de un ‘planeta con ganas de morir’. Aunque desde hace años se teorizaba que era posible, las llamaradas observadas en esta investigación son unas 100 veces más energéticas de lo esperado”, explicó la ESA, a través de un comunicado.
Desde los principios de los noventas, cuando el primer exoplaneta —es decir, un planeta que orbita una estrella diferente al Sol— fue descubierto, los científicos se han preguntado si es posible que alguno de estos orbitará tan cerca a una estrella que esto afectará su campo magnético.
En los últimos años, un equipo de investigadores del Instituto Holandés de Radioastronomía (ASTRON, por sus siglas en inglés) venían siguiéndole la pista a un a un sistema que cumpliría con estas características, pero sobre el cuál se necesitaban más datos para tener certeza.
Este seguimiento se venía haciendo a través de telescopios como el James Webb Space Telescope de la NASA, ESA y CSA y el Satélite de exploración de exoplanetas (TESS) de la NASA, lo que revelaba algunas pistas interesantes.
“No habíamos visto antes ningún sistema como HIP 67522; se encontró el planeta era el más joven conocido que orbitaba alrededor de su estrella anfitriona en menos de 10 días”, explicó, a través de un comunicado, Ekaterina Ilin, investigadora en ASTRON.
Para mejorar sus lecturas, se pidió a una ayuda de Satélite de Caracterización de Exoplanetas (Cheops) de la Agencia Espacial Europea (ESA). Estas nuevas observaciones permitieron detectar más llamaradas, con un recuento total ascendió a 15, casi todas cuando el planeta transitaba por delante de la estrella vista desde la Tierra.
Una relación destructiva
Debido a que las llamaras ocurrían, en su mayoría, cuando el exoplaneta pasaba enfrente de su estrella anfitriona, los científicos manejan la hipótesis de que el planeta sea el responsable de desencadenar esta actividad en la estrella.
Esta actividad se debe, por un parte, a la edad de la estrella en torno a la que órbita HIP 67522. Según estimaciones de los investigadores, mientras que el Sol tiene 4.500 millones de años, la estrella en este caso tiene 17 millones de años.
Esto hace que se la estrella se agite y gire con mucha energía, lo que convertiría a la estrella en un imán de actividad magnética. Con esta base, los astrónomos europea estiman que el planeta está tan cerca de su estrella que estaría ejerciendo una influencia magnética en ella.
¿Cómo ocurre esto? Son aún más las preguntas que las respuestas que los investigadores tienen al respecto, pero las observaciones realizadas hasta ahora indican que a medida que el planeta orbita alrededor de su estrella este absorbe su energía, la cual, a su vez, redirige a través de su campo magnético a la estrella.
Esto llega a un punto crítico cuando la energía llega a tal grado que esto desencadena un llamarada por parte de la estrella, la cual impacta al exoplaneta con un alto nivel radiación.
“El planeta parece desencadenar llamaradas especialmente energéticas”, señala Ekaterina, del ASTRON “Las ondas que envía a lo largo de las líneas del campo magnético de la estrella desencadenan llamaradas en momentos concretos. Pero la energía de las llamaradas es mucho mayor que la de las ondas. Creemos que las ondas desencadenan explosiones que están a punto de producirse”.
Este alto nivel radiación estaría erosionando la atmósfera del exoplaneta, lo que implicaría que este estaría perdiendo masa mucho más rápido de lo esperando. Según los cálculos de los investigadores este exoplaneta podría pasar en 100 millones de años de tener el tamaño de Júpiter a un planeta mucho más pequeño del tamaño de Neptuno.
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