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¿Dónde está la IA en Colombia?

Colombia se posiciona como uno de los países de la región con mayor expectativa de inversión en inteligencia artificial para 2025, según un estudio de SAP. Sin embargo, un análisis global revela que el país es un “desierto computacional”.

Juan Ramos Martín*

22 de marzo de 2025 - 10:00 a. m.
Los resultados arrojan un panorama estratificado y no muy halagüeño para Colombia.
Foto: Cortesia
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Durante los últimos días apareció un estudio de SAP, empresa líder global en soluciones de inteligencia artificial (IA) para negocios, realizado entre 1200 tomadores de decisiones de empresas de Latinoamérica, en el que se reconoce a Colombia entre los ecosistemas empresariales con mayor expectativa de inversión en IA durante 2025. Los principales retos identificados por los empresarios colombianos se sitúan en la falta de claridad para integrar la IA en sus estructuras, especialmente en las grandes organizaciones, así como problemas relacionados con la ciberseguridad o la escasez de talento calificado y la necesidad de priorizar soluciones que sean sostenibles para sus organizaciones.

Esta decidida apuesta por la IA como solución y aliado para enfrentar los principales problemas de eficiencia y competitividad de los agentes económicos nacionales, se enmarca en un creciente entusiasmo compartido también por los actores del sistema público. El pasado 14 de febrero, asistimos a la aprobación del Documento Conpes 4144, primera política nacional de inteligencia artificial que pretende generar las capacidades para la investigación, desarrollo, adopción y aprovechamiento ético y sostenible de los sistemas de IA con el fin de impulsar la transformación social y económica de Colombia.

Sin embargo, es curioso cómo ni el sector público, ni mucho menos el privado, se han preocupado por preguntarse, más allá de cómo funciona o cómo podemos aprovechar las capacidades que genera la IA en Colombia, una cuestión mucho más sencilla, inicial para reconocer cuáles son las capacidades reales de nuestro país en torno a la regulación y apuesta soberana por la IA: y es que, ¿dónde se encuentra la IA y qué implicaciones tiene su localización?

Esa es precisamente la pregunta que se hicieron los investigadores Lehdonvirta, Wú y Hawkins para lograr comprender, a través de un primer intento de mapeo global, cómo repercute la gobernanza computacional en las posibilidades de adopción, regulación y desarrollo de la IA alrededor de todo el mundo. Precisamente centrando su indagación acerca de los servicios de computación que soportan materialmente la IA, el estudio pretende indagar cómo a través de modelos de gobernanza computacional se pueden configurar posibilidades de fortalecimiento de la regulación sobre la IA y toma de decisiones sobre los modelos hacia los que se dirigen, espoleados por una carrera computacional que disputa la hegemonía tecnológica entre Estados Unidos y China.

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Si bien la cadena de valor del suministro de IA global comprende varios eslabones (1. diseño y comercialización de chips; 2. fabricación y empaque; 3. implementación de chips para proveer servicios de computación; 4. consumo de servicios de computación para el desarrollo e implementación de los sistemas de IA), si nos centramos en el análisis del tercer paso (los dos primeros se encuentran hiperconcentrados en términos geográficos y de propiedad) podemos comprender dónde se sitúan los sistemas que soportan el desarrollo y despliegue de la IA a través del rastreo de los servicios de computación de IA en nubes de acceso público, las cuáles corresponde a las principales alianzas con las empresas líderes del sector global y garantizan un acceso mucho más amplio que los servicios privados.

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Los resultados arrojan un panorama estratificado y no muy halagüeño para Colombia: existe una división global en términos de computación, marcada por lo que los investigadores denominan un ‘Norte computacional’, en el que se enmarcan los países donde se encuentra oferta pública de servicios de GPU con chips de última generación, marcados por aliados de las dos grandes potencias tecnológicas antes mencionadas y que se encuentran, exceptuando a India, en el Norte Global. En segundo lugar, un grupo de 13 países considerados como ‘Sur computacional’, en el que se logra encontrar oferta de servicios basada en chips de generaciones pasadas y, por tanto, con menor capacidad de computación y potencia. Entre esos países podemos encontrar, en América Latina, a México, Perú, Brasil, Chile y Argentina.

Por último, un gran bloque de países, entre los que se encuentra Colombia, en los que no se encuentran servicios de nube pública, y que son denominados como ‘desiertos computacionales’.

Reconociendo la gobernanza de la IA como un asunto de absoluto interés público, más allá de las dependencias históricas, la situación ocupada por Colombia debería ser una preocupación principal para los actores involucrados en la adopción de soluciones basadas en IA, ya sea para los negocios o la administración pública, pues la falta de una infraestructura propia marcará, no solo la incapacidad nacional de proporcionar elementos para el desarrollo futuro de la IA global (espacio reservado para aquellos países que cuentan con servicios de última generación), sino que lo excluirá de las discusiones acerca de la regulación internacional, la gobernanza de los modelos de desarrollo y la implementación de mecanismos de control multilaterales que marcarán muy probablemente los esfuerzos internacionales en el corto plazo.

*Decano de la Facultad de Comunicación y Lenguaje. Pontificia Universidad Javeriana

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Por Juan Ramos Martín*

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