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El cometa gigante que viaja en dirección al Sol

El cometa C / 2014 UN271, o Bernardinelli-Bernstein, tendría una anchura de 100 kilómetros, pero está lejos de ser una amenaza para nosotros. Se encuentra 20 veces más lejos de lo que está la Tierra del Sol.

29 de junio de 2021 - 03:36 a. m.
Ilustración del cometa distante Bernardinelli-Bernstein, que se estima es cerca de 1000 veces más grande que un cometa común,
Ilustración del cometa distante Bernardinelli-Bernstein, que se estima es cerca de 1000 veces más grande que un cometa común,
Foto: NOIRLab/NSF/AURA/J. da Silva - NOIRLab

Hace unas semanas, un par de astrónomos notaron un nuevo objeto en el cielo que no había sido visto antes. Se trataba de un nuevo cometa, proveniente de la Nube de Oort (un campo de escombros rocosos y helados que probablemente rodea el sistema solar como una capa), que fue observado por primera vez como un punto diminuto en las imágenes de archivo de la Cámara de Energía Oscura del Observatorio Interamericano Cerro Tololo en Chile. (Puede leer: Revelan los primeros sonidos en Marte del rover chino Zhurong)

Sin embargo, tenía un tamaño impresionante. Según los astrónomos, podría tener una anchura de 100 kilómetros. Lo nombraron Cometa C / 2014 UN271, o Bernardinelli-Bernstein, en honor a sus descubridores: Pedro Bernardinelli y Gary Bernstein.

Aunque el cometa viene en camino hacia nuestro Sistema Solar, no constituye ningún riesgo para nosotros. De hecho, se encuentra 20 veces más lejos de lo que está la Tierra del Sol. Y su punto más cercano a nuestra estrella será el 23 de enero de 2031, cuando, según los expertos, estará más allá de la órbita de Saturno. Es decir, aproximadamente a 10,95 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. (Le recomendamos: Tumbando estatuas: esfuerzos para descolonizar la ciencia en Colombia)

Sin embargo, su viaje en esta dirección brinda una oportunidad única para estudiarlo. De acuerdo con un artículo publicado en Live Science, Peter Vereš, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian y del Minor Planet Center aseguró que “tendremos prácticamente 20 años para estudiarlo”. Afirmó también que se trataba de una oportunidad emocionante, porque es probable que el cometa sea un objeto casi prístino de la Nube de Oort. (Le puede interesar: Este es el “hombre dragón”, la que podría ser una nueva especie humana)

Vereš se ha dedicado a estudiar, identificar y calcular las órbitas de nuevos cometas, planetas menores y otros cuerpos rocosos lejanos.

Un objeto activo

El cometa apareció por primera vez en los archivos de la Cámara de Energía Oscura en 2014. Sin embargo, los científicos empezaron a notar pronto que el objeto se movía mientras lo rastreaban en 2015, 2016, 2017 y 2018.

Sus observaciones fueron entonces enviadas al Minor Planet Center, pues primero se creyó que el objeto era un asteroide o planeta menor. Sin embargo, gracias a la ayuda de astrónomos y aficionados que empezaron a explorarlo en el cielo, se dieron cuenta que tras su paso dejaba una “neblina de vapores”, como un cometa. Eso les dio las pistas para identificar que era un objeto activo.

Según explicó Vereš en una entrevista, los cometas están activos porque el calor del Sol y el viento solar hacen que se libere gas de la superficie. “Es probable que la superficie se haya vuelto más activa en los últimos años, a medida que el cometa se acercó más al Sol, lo que hizo que la actividad fuera más fácil de detectar”.

Más adelante, incluso, los telescopios grandes e instrumentos sensibles podrían detectar las variaciones en la luz proveniente del cometa, lo que podría revelar las moléculas que salen de su superficie. En otras palabras, estos datos podrían revelar de qué está hecho el cometa.

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