Arqueólogos hallan un extraño caso de un niño enterrado con un candado en sus pies

Este no es el primer cuerpo hallado en ese lugar. El año pasado descubrieron el esqueleto de una mujer que estaba doblemente protegida para "que no se escapara"./ Łukasz Czyżewski. Universidad de Nicolás Copérnico en Torun

Foto: Łukasz Czyżewski. Universidad de Nicolás Copérnico en Torun

Un esqueleto de un niño que se encontraba enterrado boca abajo, con un candado triangular en uno de sus pies, fue descubierto por un grupo de arqueólogos de Polonia en un pueblo del norte del país europeo.

De acuerdo con los arqueólogos de la Universidad Nicolaus Copernicus, el esqueleto, de unos 400 años de antigüedad, corresponde a un niño que tenía entre cinco y siete años cuando murió. El lugar donde se encuentra, al parecer, corresponde a un cementerio para las “almas abandonadas” y las personas con escasos recursos que no podían acceder al cementerio de la iglesia. (Lea: La actividad del Sol está aumentando y alcanzaría su máximo antes de lo esperado)

Esta no es la primera vez que los arqueólogos encuentran un cuerpo en esta zona. De hecho, el año pasado, el mismo grupo encontró en una excavación el cuerpo de una mujer que estaba doblemente protegido “para que no se levantara de su tumba”, explican los investigadores.

Al igual que el niño, la mujer tenía un candado en sus extremidades inferiores y una hoz apuntando hacia abajo, que estaba ubicada alrededor de su cuello. Aunque aún no se conocen los resultados del análisis de ADN de la mujer, los investigadores sugieren que estaba gravemente enferma. Su caso fue denominado como el de la “mujer vampiro”, y tiene algunas similitudes con el más reciente hallazgo. (Lea: Descubren el esqueleto de un panda gigante en la tumba de un emperador chino antiguo)

El cuerpo del niño fue colocado boca abajo, una posición poco usual, que, de acuerdo con los arqueólogos, explica que las personas de aquella época “le temían al difunto y su actividad después de la muerte”, según Dariusz Polinski, quien lideró la excavación.

El investigador explicó que los niños muertos eran especialmente temidos por las personas vivas, quienes creían que podrían regresar como fantasmas, y más aún si el niño había sufrido una muerte repentina o inusual.

Aunque en aquella época aún no se había adoptado el término de “vampiro”, estos casos han sido etiquetados como tal, pues en el siglo XVII, cuando fue enterrado el menor de edad, las personas de la región de Voivodato de Cuyavia y Pomerania, creían que al poner la cara hacia abajo haría que el difunto mordiera el suelo, y ya no representaría una amenaza para las personas.

El grupo de arqueólogos dio a conocer que el cadáver no estaba completo. Creen que la fosa fue profanada hace un tiempo, pero no hay certeza de cuándo ocurrió esto.

*Nota del editor (14 de agosto, 6:40 a.m.): El título de este artículo fue corregido porque tenía una imprecisión.