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Hernán nació sin posibilidad de ver, hace 34 años en Copacabana, población cercana a Medellín. Fue único hijo y, a la fecha, sus padres ya fallecieron pero lo impulsaron a que se valiera por sí mismo, aunque no pudiera conocer a través de sus ojos los rasgos del mundo que lo rodean. Pero usa sus otros sentidos y recursos, especialmente, su actitud. No le da pena hablar con nadie, ni hacer amigos. Por algo dice que si le ponen al Papa Francisco cerca, le habla sin temor.
Tanta es su buena actitud que lleva diez años siendo un activista por los derechos de la población con discapacidad. En el colegio para ciegos y sordos empezó a perfilarse como líder. Los lunes asiste a la mesa ambiental de su municipio, los martes va a la clase de música donde ha aprendido a tocar flauta y xilófono. Los miércoles participa de las actividades de Comfenalco en Medellín, los jueves no se pierde charlas ni simposios y los demás días realiza las actividades que sean necesarias para apoyar a la población con discapacidad. Pero una cita ineludible es la del último miércoles de cada mes, en la que va al Planetario desde hace varios años a aprender sobre astronomía.
“Escucho mucho radio y en un programa llamado ‘Otras voces’ entrevistaron a la bibliotecóloga del planetario. Ella contó sobre el programa y me fui a averiguar. Allá hablé con Andrés Ruiz y su coordinador. Me empezó a interesar tanto el tema que estoy haciendo la gestión para que se replique acá en Copacabana, con la población de 10 o 15 personas que tienen poca visión o son ciegos”, cuenta Hernán. Vea: Los ciegos que ven las estrellas en el Planetario de Medellín
Él se refiere al programa Astronomía para ciegos, apoyado por Bancolombia, que con su respaldo, impulsa los diferentes programas para los antioqueños. También surgieron otras actividades como lecturas dramáticas en las que exploran textos y los adaptan al contextualizar la lectura con ambientaciones sonoras. Astronomía con todos los sentidos es otro programa, que emplea una maleta viajera que se creó gracias a la Unión Astronómica Internacional, que les dio la posibilidad, gracias a una beca, de hacer modelos táctiles de astronomía para ciegos y sordos. Son varias maletas itinerantes las que recorren colegios y universidades.
Y, finalmente, el planetario y el parque Explora realizan rutas para personas en situación de discapacidad en las que se recorren las salas, con el apoyo de mediadores que realizan los recorridos a los visitantes con algún tipo de limitación.
“Ha sido una experiencia muy rica, -comenta Hernán-, porque he aprendido mucho. Desde que estoy con el programa solo hablo de las estrellas, cometas, planetas. Quiero que más personas se unan al programa, porque es una oportunidad para tener ideas innovadoras. Yo llevo trabajando por la discapacidad 10 años y comparo las épocas y se ve una mejora actualmente, pues hay más ofertas de programas para nosotros, hay inclusión. Esas oportunidades las tenemos que aprovechar, porque si no participamos, se pueden cerrar en cualquier momento”, concluye.