El Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland (Estados Unidos), se vistió de fiesta este 31 de diciembre. Treinta y tres minutos después de la medianoche los científicos e ingenieros celebraron el momento en que la nave espacial New Horizons de la NASA hiciera un sobrevuelo histórico del cuerpo celeste más distante y, tal vez, el más antiguo jamás observado de cerca. Se trata de Ultima Thule, que está a unos 6.400 millones de kilómetros de la Tierra.
“¡Vamos New Horizons!”, exclamó el científico jefe de la misión Alan Stern. La gerente de operaciones de la misión, Alice Bowman, anunció luego de comprobar los sistemas de la sonda que “tenemos una nave espacial saludable. Acabamos de lograr el sobrevuelo más lejano. Estamos listos para la transmisión de la ciencia de Ultima Thule”. (Lea: La NASA celebra el año nuevo con un histórico sobrevuelo)
Las personas que se encontraban en el laboratorio estallaron de euforia, entre aplausos y gritos, cuando la sonda orientó sus cámaras hacia esa formación rocosa. Los científicos, entre bromas, aseguraron que solo tenían una oportunidad para este experimento y que todo salió como estaba previsto.
Stern aclaró que nunca antes una nave exploró algo tan lejano, y explicó que la transmisión de imágenes en directo resulta imposible a esta distancia y la primera señal debería recibirse unas diez horas después del sobrevuelo. Hasta ese momento, los científicos sabrán si el pasaje de la sonda sobre Última Thule resultó exitoso o no.
Los investigadores esperan que la sonda capte 900 imágenes que deberá tomar en cuestión de segundos mientras recorre unos 3.500 kilómetros. Estos datos podrían arrojar indicios sobre cómo se formaron el Sol y los planetas durante los primeros días del sistema solar.
Hal Weaver, científico de la misión, afirmó que el diminuto cuerpo de treinta kilómetros de ancho es “probablemente el objeto más primitivo que se haya encontrado una nave, la mejor reliquia posible del sistema solar”. Según los primeros datos, Ultima Thule es de tamaño pequeño, mide de veinte a treinta km de diámetro, y parece tener una forma alargada y no redonda.
El objetivo de esta misión es comprender cómo se formaron los planetas, contó Stern. “Este objeto está tan helado que se conserva en su forma original. Todo lo que aprenderemos sobre Ultima (su composición, su geología, cómo se formó, si tiene satélites o atmósfera) nos informará sobre las condiciones de formación de los objetos del sistema solar”. (Lea además: Nave espacial de la NASA se acerca al objeto más lejano jamás explorado)
Durante años, los científicos realizaron estudios astronómicos en la Tierra buscando pistas adicionales sobre la forma y la órbita del objeto. Ultima Thule fue descubierta en 2014, pero New Horizons solo fue capaz de detectarla a partir de agosto.
Este objeto debe su nombre a una isla lejana de la literatura medieval, que “significa ‘más allá de Thule’; es decir, más allá de los límites conocidos de nuestro mundo, lo que simboliza la exploración más allá del cinturón de Kuiper”, contó la agencia espacial en un comunicado. Se encuentra ubicada en el cinturón de Kuiper, un enorme disco cósmico que se remonta a la época de la formación de los planetas, que los astrónomos suelen denominar “granero” del sistema solar.
Sin embargo, el sobrevuelo de este lunes era mucho más complejo que el de Plutón en 2015. Principalmente porque Ultima Thule es aproximadamente una centésima parte del diámetro de Plutón y es mucho más tenue.
Stern precisó que “esta vez vamos a tratar de obtener imágenes de Ultima con tres veces más resolución que las imágenes de Plutón. Si lo conseguimos será espectacular”. Pero la misión es peligrosa. New Horizons recorre el universo a 51.500 kilómetros por hora y a esa velocidad si le impacta un fragmento del tamaño de un grano de arroz se destruiría instantáneamente. (Puede leer: Faltan 4 días para que New Horizons llegue al objeto más lejano del sistema solar)
Por primera vez, New Horizons usará sus cámaras y detectores para obtener información directa sobre Ultima Thule y, poco tiempo después, comenzará a enviar esa información a la Tierra. La NASA espera que la sonda se aproximará al objeto a una velocidad de 14 kilómetros por segundo y, según lo proyectado, su punto de mayor cercanía sea este martes.