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Científicos de todo el mundo están cada vez más preocupados por sus investigaciones. En un artículo reciente, publicado en la revista Paleontología Electrónica, paleontólogos advirtieron que, debido a subastas de lujo en las que se ofrecen esqueletos casi completos del legendario dinosaurio Tyrannosaurus rex (o T. rex), cada vez hay menos fósiles disponibles para el estudio científico.
Thomas Carr, profesor asociado de biología en Carthage College y director del Instituto de Paleontología de Carthage, en Wisconsin, afirmó que hoy en día hay muchos más especímenes de T. rex en manos privadas que aquellos destinados a la investigación. En un correo enviado al portal Live Science, el experto calificó la situación como “exasperante y desalentadora”, especialmente porque “actualmente, nuestro conocimiento de uno de los aspectos más básicos de la biología del T. rex se ve comprometido por los intereses del mercado”.
Tras hacer un análisis, Carr contabilizó los ejemplares que son propiedad pública y privada, y que podrían considerarse científicamente relevantes. Así encontró que 61 fósiles están en fideicomisos públicos, frente a 71 que han sido adquiridos por coleccionistas privados, entre ellos 14 especímenes jóvenes. Carr advirtió que esta cifra probablemente es un subregistro, ya que rastrear las adquisiciones privadas no siempre es posible.
El experto también hizo un hallazgo llamativo: solo el 11 % de los fósiles de T. rex que son comprados por privados terminan, eventualmente, en fideicomisos públicos. Además, señaló que las empresas comerciales están descubriendo el doble de fósiles que los museos y las instituciones educativas.
Una observación importante que Carr incluyó en su artículo es que la subasta privada de fósiles no se limita únicamente al T. rex. Todo tipo de dinosaurios están siendo vendidos a particulares por millones de dólares. En 2024, por ejemplo, se vendió un estegosaurio por 44,6 millones de dólares, que actualmente hace parte de la colección del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.
Por ahora, Carr espera que su estudio motive a otros paleontólogos a investigar cómo los mercados privados están afectando sus investigaciones y limitando la disponibilidad de fósiles, elementos esenciales para la construcción de conocimiento sobre los dinosaurios, un grupo sobre el que, admite, todavía sabemos muy poco.
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