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Raro. Guillermo Correa siempre se sintió raro. Entre un sinfín de cosas, las primeras que pueden decirse de él es que es pintor, homosexual, trabajador social, sindicalista y profesor de la Universidad de Antioquia. Hace menos de un mes se enteró de que la tesis que lo convirtió en doctor de historia de la Universidad Nacional, en Medellín, recibió la mención de honor de uno de los galardones científicos más importantes del país, el premio de la Fundación Alejandro Ángel Escobar (FAAE). No es para menos: revisar cómo se representó la homosexualidad en esta ciudad antioqueña desde 1890 hasta 1990 concentró su última década. (Lea: Reconstruyen con algoritmos un cuadro oculto de Picasso)
Fue, sin duda, un reto. Porque, en sus palabras, “en el país no se había hecho una historia gruesa de la homosexualidad por la dificultad de las fuentes. Porque la historia en sí misma es pudorosa y había evitado mencionar a este sujeto”, así que volverlo ciudadano y encontrarlo refundido a lo largo de los años no era tarea fácil. Lo único que sabía Correa era que su excavación se remontaba a 1890, cuando el Código Penal ordenó penalizar toda relación entre un joven y un adulto en el país, aún con consentimiento. Pero ¿por dónde empezar?