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En Beynac, Francia, un científico ciudadano logró capturar uno de los fenómenos atmosféricos más difíciles de observar en la Tierra. Se trata de los “sprites”, o espectros o duendes rojos como se le conocen en español, unos destellos coloridos que quedan después de un relámpago.
De acuerdo con la NASA, estos eventos transitorios luminosos son enormes estallidos de luz roja que se forman en lo alto de la atmósfera, por encima de las tormentas eléctricas. “Son descargas eléctricas de aire a gran escala que se forman tras un potente rayo”, explica la agencia, que dio a conocer la fotografía tomada por Nicolas Escurat.
Los espectros pueden ser de diferentes formas y tamaños, incluso a veces parecen una enorme medusa roja. A diferencia de los relámpagos calientes, agrega la NASA, estos fenómenos son relativamente fríos y se ven mejor cuando se observan a cientos de kilómetros de distancia de una tormenta eléctrica.
Esta “figura carmesí aparece y desaparece en un abrir y cerrar de ojos”, por esto se considera uno de los fenómenos “menos comprendidos de la atmósfera superior de la Tierra”, dice la agencia. Además, no se puede predecir cuándo y dónde se formará un sprite, ni tampoco se conocen sus causas.
Sin embargo, hay una pista que los científicos tienen: todo parece indicar que en la atmósfera de Júpiter también se forman estos duendes rojos. Sin embargo, allí el color sería azul, debido a su atmósfera rica en hidrógeno.
La primera vez que se registró en imagen este fenómeno fue en 1989, pero la NASA ha recopilado testimonios que afirman haberlos visto por lo menos un siglo atrás. Los científicos siguen estudiando estos fenómenos y para eso, la NASA por ejemplo, tiene un proyecto de ciencia ciudadana en el que invita a fotógrafos de todo el mundo a contribuir con sus observaciones de estos eventos para ayudar a comprender mejor estos fenómenos y su papel en los cielos.