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Hace un poco más de 1,5 millones de años, nuestros ancestros tallaron los primeros cuchillos que usaron las personas. De acuerdo con una investigación publicada recientemente en la revista Nature, algunos de los 30 cuchillos que encontraron llegaron a medir hasta 40 centímetros de largo y serían las herramientas de hueso más antiguas que se han encontrado hasta el momento.
En la investigación, liderada por el arqueólogo español Ignacio de la Torre, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el equipo explicó que el hallazgo se registró en Garganta de Olduvai, una zona de Tanzania característica por sus yacimientos paleontológicos y arqueológicos.
A los ojos de de la Torre, “este descubrimiento nos hace suponer que los primeros humanos ampliaron de manera significativa sus opciones tecnológicas, que hasta ese momento estaban limitadas a la producción de útiles de piedra”.
El primer ejemplar, se lee en los resultados de la investigación, fue encontrado en 2015 y lo describieron así: es un objeto oscuro y puntiagudo que parecía que lo hubieran afilado de forma intencional. Esta fue la primera pista para que de la Torre, de la mano de Jackson Njau, de la Universidad de Indiana, empezara a buscar otros fósiles que los llevara a entender las herramientas que usaban los humanos.
En medio de esta labor fue como en 2018 el equipo encontró otra serie de cuchillos. Estos, a diferencia del primer ejemplar, eran más voluminosos y sus filos y puntas eran un poco más pronunciadas. Además, dicen los investigadores, les sorprende el peso de estas herramientas, pues pueden llegar a pesar hasta 1,7 kilos.
El peso, explican, se debe en gran parte a que el hueso se fosilizó y se convirtió en piedra. La mayoría de estos están elaborados con hueso de elefante, que son mucho más resistentes que los de otros mamíferos.
Los resultados, explican en el estudio, “muestran que en la transición entre el Olduvayense y el Achelense, los homínidos de África Oriental desarrollaron una innovación cultural que implicó la transferencia de habilidades de talla desde la piedra al hueso”.
Entonces, plantean, al producir unas herramientas óseas que fueran mucho más estandarizadas, los primeros talladores achelenses desarrollaron repertorios tecnológicos que antes se pensaba que habían aparecido de forma rutinaria más de un millón de años más tarde, como explica de la Torre.
Esta innovación, sugiere de la Torre, pudo haber tenido un impacto significativo en el comportamiento y la adaptación de los primeros humanos, como por ejemplo, en la mejora de sus capacidades cognitivas o en la obtención de recursos.
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