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Hace décadas, un grupo de investigadores realizó un hallazgo sorprendente en medio de excavaciones en la antigua ciudad costera de Herculano que, tal como Pompeya, quedó enterrada por la erupción del volcán Vesubio el año 79 d. C. Los arqueólogos encontraron, en ese momento, el cuerpo de una persona cuyo cerebro se había transformado en una especie de vidrio negro.
Hasta ahora la forma en cómo se había dado ese raro proceso de vitrificación era siendo un misterio entre la comunidad científica. No obstante, un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Scientific Reports revela cómo ocurrió este hallazgo inédito en la historia de la arqueología.
La mayoría de los cuerpos hallados en la urbe costera sepultada por la erupción del volcán fueron hallados en una docena de casetas de piedra, cerca a la playa, donde se guardaban embarcaciones de diferente tipo. De acuerdo con los investigadores, es probable que los habitantes de la ciudad buscasen allí una última protección ante la erupción. Se estima que la avalancha de cenizas que expulsó el volcán Vesubio hace más de 2.000 años bloqueó las entradas de estos refugios y les provocó la muerte.
Sin embargo, los retos del individuo con el cerebro vitrificado fueron hallados en un edificio público dedicado al culto del emperador Augusto. Se estima que se trató de un hombre de 20 años que falleció solo, y en su cama, al quedar enterrado por las cenizas.
Para entender cómo el cerebro de esta persona llegó a este estado, es clave comprender cómo se crea el vidrio, que, vale señalar, rara vez se origina en entornos naturales. Esto se debe a que este forma cuando un líquido a altas temperaturas se enfría rápidamente, y se previene lo que se denomina como la cristalización.
De acuerdo con el análisis de los investigadores, la temperatura a la que el cerebro se transformó en vidrio fue superior a los 510 °C, lo que implica que el cuerpo estuvo expuesto al paso y desaparición de un flujo de material volcánico durante una corta duración. Esto explicaría su rápido calentamiento inicial y su rápido enfriamiento.
“Aquí demostramos que el material con apariencia vítrea hallado en el cráneo de un cuerpo humano sepultado en los depósitos de flujo piroclástico caliente de la erupción del Vesubio del año 79 d.C. se formó por un proceso único de vitrificación de su cerebro a muy alta temperatura, y es el único suceso de este tipo en la Tierra”, indican los autores del estudio.
Según los investigadores, este proceso no pudo ocurrir con los flujos piroclásticos (como la lava), pues estos no alcanzan más de 456 °C, sino que habría sucedido con una nube de cenizas supercalentada que se disipó rápidamente.
Por su parte, los investigadores de la Universidad Roma Tre ya habían analizado los fragmentos de cerebro y su la médula espinal a través de imágenes con rayos X y microscópicas electrónicas para detallar su composición.
“Mostramos el hallazgo de todo un sistema nervioso central excepcionalmente conservado en el cerebro y en la médula espinal, representado por neuronas interconectadas por una densa red de axones, en los que pudimos distinguir incluso las vainas de mielina”, indicaron los autores en un estudio previo.
De acuerdo con los autores, este hallazgo permite un estudiar, de manera, inédita, los cerebros de las personas hace miles de años. “El vidrio que se formó como resultado de tan singular proceso alcanzó un perfecto estado de conservación del cerebro y sus microestructuras”, indican los autores del estudio.
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