Juzgamos a los otros dependiendo de su voz

Cristina Baus y Albert Costa, investigadores de la Univerisidad Pompeu Fabra, en colaboración con investigadores de la Universidad Aix-Marseille (Francia) y la Universidad de Glasgow (Escocia), creen tener pruebas de un patrón universal sobre la forma como los humanos juzgamos la personalidad de los otros a través de la voz y en ese proceso no importa el idioma del oyente.

Los investigadores, como lo explicaron a través de un comunicado de la universidad, realizaron un estudio a gran escala, en el que oyentes españoles se les pidió que juzgaran los rasgos de personalidad (confiabilidad, dominio, competencia) al escuchar la voz de personas hispanohablantes al producir la palabra "Hola" (idioma nativo) o a hablantes escoceses al producir la palabra "Hello" ( idioma extranjero).

"Nuestro trabajo reveló cuatro resultados importantes, el primero de los cuales fue que las calificaciones de la personalidad percibida fueron altamente consistentes entre los oyentes, independientemente del idioma en que se evaluaron las voces", comentó en la comunicación Cristina Baus, "esto sugiere que debe haber ciertas propiedades invariables de la voz que indiquen qué tan confiable o competente es una persona. Esto está en línea con la idea de que podemos entrenarnos para ser más o menos competentes, más o menos dominantes, según el contexto (por ejemplo, entrevistas de trabajo)".

No fue el único resultado interesante de la publicación. También establecieron que los oyentes crean rápidamente un espacio de voz social, donde las voces se agrupan de acuerdo con dos dimensiones principales, una que enfatiza los rasgos de valencia (confianza, calidez) y otra que enfatiza la fuerza (dominancia, agresividad). La capacidad de formar impresiones de personalidad es independiente de la capacidad lingüística de los oyentes y la importancia de identificar esos factores estaría relacionada con la evolución pues resulta importante en los grupos humanos obtener información sobre la intención de los demás. 

Al descartar que el idioma influye en la lectura de la personalidad, las autoras confrontan el paradigma actual de su campo según el cuál los oyentes tienden a evaluar como voces más inteligentes, amables o competentes las del nativo que las del idioma extranjero.

"Una cuarta conclusión del estudio fue que los oyentes en todos los idiomas no prestan atención a las mismas propiedades de voz (por ejemplo, el tono) al evaluar los rasgos de personalidad. En contraste con los resultados obtenidos anteriormente que relacionan las voces de tono bajo con predominio especialmente para los hombres, los oyentes españoles consideraron que las voces de tono alto son más dominantes que las de tono bajo", informaron. 

Cristina Baus y Albert Costa, investigadores de la Univerisidad Pompeu Fabra, en colaboración con investigadores de la Universidad Aix-Marseille (Francia) y la Universidad de Glasgow (Escocia), creen tener pruebas de un patrón universal sobre la forma como los humanos juzgamos la personalidad de los otros a través de la voz y en ese proceso no importa el idioma del oyente.

Los investigadores, como lo explicaron a través de un comunicado de la universidad, realizaron un estudio a gran escala, en el que oyentes españoles se les pidió que juzgaran los rasgos de personalidad (confiabilidad, dominio, competencia) al escuchar la voz de personas hispanohablantes al producir la palabra "Hola" (idioma nativo) o a hablantes escoceses al producir la palabra "Hello" ( idioma extranjero).

"Nuestro trabajo reveló cuatro resultados importantes, el primero de los cuales fue que las calificaciones de la personalidad percibida fueron altamente consistentes entre los oyentes, independientemente del idioma en que se evaluaron las voces", comentó en la comunicación Cristina Baus, "esto sugiere que debe haber ciertas propiedades invariables de la voz que indiquen qué tan confiable o competente es una persona. Esto está en línea con la idea de que podemos entrenarnos para ser más o menos competentes, más o menos dominantes, según el contexto (por ejemplo, entrevistas de trabajo)".

No fue el único resultado interesante de la publicación. También establecieron que los oyentes crean rápidamente un espacio de voz social, donde las voces se agrupan de acuerdo con dos dimensiones principales, una que enfatiza los rasgos de valencia (confianza, calidez) y otra que enfatiza la fuerza (dominancia, agresividad). La capacidad de formar impresiones de personalidad es independiente de la capacidad lingüística de los oyentes y la importancia de identificar esos factores estaría relacionada con la evolución pues resulta importante en los grupos humanos obtener información sobre la intención de los demás. 

Al descartar que el idioma influye en la lectura de la personalidad, las autoras confrontan el paradigma actual de su campo según el cuál los oyentes tienden a evaluar como voces más inteligentes, amables o competentes las del nativo que las del idioma extranjero.

"Una cuarta conclusión del estudio fue que los oyentes en todos los idiomas no prestan atención a las mismas propiedades de voz (por ejemplo, el tono) al evaluar los rasgos de personalidad. En contraste con los resultados obtenidos anteriormente que relacionan las voces de tono bajo con predominio especialmente para los hombres, los oyentes españoles consideraron que las voces de tono alto son más dominantes que las de tono bajo", informaron.