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La ciencia ha estudiado durante décadas la enfermedad mitocondrial, un conjunto de trastornos que afectan el ADN y el funcionamiento de las mitocondrias, generando problemas de salud en órganos y tejidos del cuerpo.
A menudo, los más afectados por este tipo de trastornos son el cerebro, los músculos o el corazón. Algunos estudios han señalado que, salvo algunas excepciones, la herencia genética de la enfermedad mitocondrial se da a través de la madre.
El diagnóstico de esta enfermedad, por lo tanto, ha llevado a que muchas mujeres tomen la decisión de no tener hijos biológicos, previendo el riesgo de que estos desarrollen trastornos derivados de la enfermedad mitocondrial.
Una de las revistas más prestigiosas en medicina, The New England Journal of Medicine, publicó dos estudios que plantean una posibilidad para resolver este problema, pero que todavía está rodeada de varias dudas.
Se trata de un proceso que involucra la donación mitocondrial y la fecundación de dos óvulos, es decir, de dos madres y un padre. La técnica es llamada transferencia pronuclear y consiste en obtener un óvulo de la madre para tomar de este el genoma nuclear y trasplantarlo a un óvulo obtenido de una donante. Ambos óvulos deben estar fecundados por espermatozoides del padre.
Si el procedimiento es exitoso, el óvulo de la donante recibirá el genoma nuclear de la mujer con enfermedad mitocondrial, permitiéndole llevar a cabo un embarazo con riesgo reducido de heredar este conjunto de trastornos.
En Reino Unido se han registrado nueve nacimientos bajo esta técnica, aunque las familias participantes continúan bajo observación, pues todavía quedan dudas sobre el funcionamiento del procedimiento.
Las dudas alrededor de la transferencia pronuclear
La posibilidad de tener hijos con un riesgo reducido de heredar el conjunto de trastornos de la enfermedad mitocondrial se hizo legal en Reino Unido en 2015, como explica el portal IFL Science, pero fue un procedimiento prohibido durante poco más de dos décadas.
Cuando se intentó por primera vez, la técnica involucraba dos padres y una madre. Tomaban de un donante una célula que remplazara las mitocondrias presentes en el óvulo materno, que posteriormente era fertilizado en un laboratorio con el espermatozoide del padre.
Sin embargo, los primeros bebés que nacieron utilizando esta técnica presentaron algunos problemas de salud de origen genético. Aunque no están relacionados con la enfermedad mitocondrial, sí podrían estar relacionados con el proceso. Por esto, decidieron prohibirlo.
Para volverlo ley décadas más tarde, el país hizo una revisión científica exhaustiva de la evidencia existente y los errores que pudieron cometerse entonces. Ahora, los ocho bebés que han nacido con este procedimiento permanecen bajo seguimiento médico, así como sus familias, con el fin de conocer posibles efectos adversos.
Además, los científicos todavía tienen un gran reto por delante. La tasa de éxito de estas pruebas ha sido baja y no tienen muy claro por qué no se ha logrado el embarazo en la mayoría de los casos.
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