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¿Podría un objeto que viaja a más de 200.000 kilómetros por hora ser una nave alienígena encubierta? Esa fue la hipótesis que lanzó Avi Loeb, astrónomo de Harvard, en un artículo reciente sobre el cometa interestelar 3I/Atlas, descubierto en julio de este año en Chile. Aunque la idea encendió titulares en todo el mundo, los científicos de la NASA acaban de desmentirla categóricamente.
Según reportó The Guardian, la agencia espacial estadounidense ha seguido de cerca el comportamiento del objeto con telescopios terrestres y espaciales, y asegura que se trata de un cometa común y corriente. “Parece un cometa, actúa como un cometa y se comporta como tal en prácticamente todos los sentidos”, explicó Tom Statler, científico principal de cuerpos pequeños del sistema solar en la NASA, citado por el diario británico.
El debate comenzó porque, de acuerdo con Loeb, el cometa no mostró al inicio la clásica “cola” de polvo y gas que suelen presentar estos cuerpos cuando se acercan al Sol. Para él, esa ausencia (sumada a una trayectoria poco convencional) abría la puerta a pensar en una tecnología extraterrestre. Incluso fue más allá: planteó que, oculto tras el Sol en octubre, el objeto podría ejecutar una maniobra secreta con “intenciones malignas” hacia la Tierra.
La NASA, sin embargo, descartó cualquier amenaza. El 3I/Atlas no se acercará más a nuestro planeta que unos 270 millones de kilómetros (170 millones de millas), y pasará relativamente cerca de Marte, Júpiter y Venus antes de abandonar el sistema solar. “El hecho de que tenga algunas particularidades no lo hace extraordinario”, añadió Statler en declaraciones recogidas por The Guardian. “Los cometas son mezclas de hielo y polvo que, al calentarse, reaccionan de maneras inesperadas. Esa variabilidad es lo que los hace fascinantes de estudiar”.
Imágenes captadas por el telescopio espacial Hubble sugieren que el cometa mide unos 5,6 kilómetros de ancho y viaja a más de 209.000 kilómetros por hora, la velocidad más alta registrada para un visitante interestelar. Pese a estas cifras, los expertos insisten en que su naturaleza es completamente natural.
Loeb, por su parte, ha matizado sus palabras y reconoce que “la hipótesis más sencilla es que 3I/Atlas es un cometa”. Su interés, dijo, es mantener abierta la discusión científica y no descartar posibilidades por inverosímiles que parezcan. “Mantengamos la curiosidad infantil y busquemos pruebas, en lugar de fingir que ya tenemos todas las respuestas”, escribió en su blog, citado por The Guardian.
Lo cierto es que 3I/Atlas es apenas el tercer objeto interestelar identificado en nuestro vecindario cósmico. Para la NASA, el verdadero valor de este hallazgo no está en las teorías sobre civilizaciones alienígenas, sino en la oportunidad inédita de analizar, con el instrumental actual, la composición de sistemas solares distintos al nuestro.