Jared Diamond, profesor de la Universidad de California, fisiólogo e historiador, autor del libro Armas, gérmenes y acero (1997), con el que conquistó una audiencia mundial y ganó un Pulitzer, impuso una sola condición antes de viajar a Colombia a recibir un doctorado honoris causa que le ofreció la Universidad de los Andes. Pidió un par de días para ir a observar aves.
Esta semana, después de la ceremonia en la que recibió el reconocimiento y ofreció una conferencia sobre la reconciliación, Diamond viajó al páramo de Chingaza en compañía de su amigo colombiano Cristian Samper, actual presidente de la Wildlife Conservation Society, y, según sus cuentas, observó cerca de 100 especies de aves en el recorrido. Antes de regresar a Estados Unidos, feliz de haberse cruzado en el camino al esquivo oso de anteojos, Diamond se sentó a conversar con El Espectador sobre su tarea a lo largo de más de treinta años: combinar la ciencia y la historia para intentar resolver preguntas en torno al destino de las sociedades.
En 2006 publicó un libro que tuvo una gran repercusión académica: “Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen”. ¿Por qué colapsan algunas sociedades?
Antes de ese libro escribí uno que se tituló Armas, gérmenes y acero, que discutía por qué la historia se desarrolló de cierta forma y no de otra. Por ejemplo, ¿por qué usted y yo estamos hoy conversando en español o inglés y no en una lengua como la chibcha? ¿Por qué la gente del Viejo Mundo conquistó el Nuevo Mundo, África y Australia, y no viceversa? La principal diferencia estuvo en el potencial para la agricultura. La agricultura apareció hace sólo 10.000 años, pero permitió una explosión demográfica. Permitió que algunas personas no invirtieran todo su tiempo cazando o buscando comida, sino asentadas en las villas, pensando, extrayendo metales, configurando gobiernos centrales. Pero la agricultura se desarrolló de forma distinta en diferentes partes del mundo, porque había diversas plantas y animales para domesticación. En los Andes, por ejemplo, existían principalmente dos animales para domesticar, las llamas y los cuyes, que no podían montar ni ordeñar. Mientras en Eurasia tenían vacas, cabras, cerdos y caballos. ¿Por qué unos pueblos tuvieron más éxito? Creo que fue por su agricultura.
Pero y la otra cara de la moneda: ¿por qué otros fracasaron?
Si le dijera una sola razón, usted diría “acabemos la entrevista, este tipo es un estúpido”. Es como si le dijera que las parejas se divorcian por una razón. En mi libro Colapso, discuto algunas razones que llevan al colapso de civilizaciones. Incluyen, sin un orden en particular, problemas ambientales como los que afectaron a la civilización maya; dificultades con vecinos, como el caso de Paraguay al entrar en guerra con Argentina, Brasil y Uruguay, o los malos gobiernos, como es el caso de Venezuela.
Un caso interesante que reconstruye es la desaparición de los vikingos de Groenlandia frente a los esquimales, que logran sobrevivir.
Groenlandia fue conquistada por vikingos noruegos hacia el año 984 d.C. Los noruegos trataron de establecer en Groenlandia una sociedad como la de Noruega: con vacas, ovejas, cabras y una agricultura basada en el cultivo de trigo. Tuvieron cierto éxito durante un tiempo. Hicieron alguna caza de focas. Establecieron comercio con Noruega. Pero dos problemas se desarrollaron. Un clima muy frío que afectó su agricultura. Y lo otro es que hacia el año 1300 llegaron al norte de Groenlandia los inuits (esquimales), que eran maestros en el arte de sobrevivir. No perdían tiempo cultivando. Cazaban focas y ballenas. Y eran muy buenos pescando. Los vikingos increíblemente tenían un tabú frente al consumo de pescado. Los noruegos no tenían una ventaja militar, como sí ocurrió entre los españoles y los nativos de América. Y el resultado es que hacia 1400 o 1500 desaparecieron.
En el caso de la crisis ambiental, ¿por qué cree que es tan difícil que los gobiernos reaccionen a tiempo?
De la forma como vamos el mundo es insostenible. Estamos usando recursos naturales más rápido de lo que se regeneran. Una razón por la que las personas no entienden el cambio climático es porque la forma en que avanza no es tan lineal. No es que un día sea más caliente que el anterior. Si hay una nevada en Nueva York, los políticos salen y se burlan del calentamiento global. Por esto la frase correcta es cambio climático. La otra razón es el egoísmo. Hay gente que hace dinero quemando petróleo y no está interesada en cambiar las cosas.
En una de sus charlas hablaba del problema poblacional y ponía como ejemplo las bacterias en un recipiente, que crecían sin control hasta acabar los recursos y luego colapsaban.
Hay muchas personas que no quieren hablar de sobrepoblación. En particular la Iglesia católica. Pero otra razón es que la gente educada y científica, que se preocupa por esto, creía hace 30 años que ese era el mayor problema. Ahora pensamos que el gran problema es el consumo, más que la población. La gente es un problema en la medida que consume más. El problema es consumo, más que población.
A propósito del conocimiento tradicional, en 2012 publicó un libro sobre comunidades tradicionales. ¿Cuál es la principal reflexión ahí?
Elegí estudiar 38 diferentes sociedades tradicionales de distintos países. Algunos cazadores recolectores, otros campesinos y sociedades que antropólogos y arqueólogos estudiaron en el pasado. Analicé estas sociedades para ver cómo enfrentan y manejan problemas humanos universales. Ellos también tienen que criar niños, interactuar con los ancianos, tiene que tomar decisiones y resolver conflictos. El libro es sobre cómo los enfocan y ese conocimiento puede ser útil para nosotros. Hay cosas que algunas sociedades tradicionales hacen y son terribles. Por ejemplo, los caníbales en el pasado. No estoy sugiriendo que seamos caníbales (risas). Pero otras son muy buenas resolviendo disputas aun cuando las cosas se ponen muy feas. Son capaces de reunirse y resolver disputas, empatizar con las emociones de sus contradictores.
Es común que las personas que viven en ciudades vean con superioridad a los miembros de comunidades tradicionales. ¿Cómo cambiar esa percepción?
Es cierto. A pocas horas de Bogotá puedes encontrar comunidades tradicionales y sin embargo hay personas de la ciudad que los van a ver como primitivos: mira que no tienen ropa, tiene hambre, no van a la escuela. Se preguntarán: ¿qué tenemos que aprender de ellos? Lo que tenemos que aprender no se ve en el primer día. Son cosas que toma un tiempo ver, como la valoración de la amistad, el trato a los niños, el trato a los ancianos, su medicina y capacidad de mantenerse sanos.
¿Es cierto que cuando era un estudiante de colegio, un profesor le dijo que algún día ayudaría a unificar las ciencias y las humanidades? Parece como una profecía que se cumplió.
Mi profesor era de latín y griego, pero yo también estaba interesado en la ciencia. Por eso me dijo “Jared, vas a ayudar a unificar las ciencias y las humanidades”. El asunto es que muchas personas no entienden el método científico. Ni siquiera muchos científicos. La gente piensa que el método científico es meterse a un laboratorio, ponerse una bata y mezclar sustancias en un tubo de ensayo. Pero hay preguntas que no puedes resolver manipulando artificialmente un sistema. Por ejemplo, cuál sería el mejor método para ayudar a que Colombia se recupere de la guerra civil. El del presidente Santos fue hacer un acuerdo con los rebeldes y darles unas sillas en el Congreso. Otras personas dirán que esa fue una terrible idea. Hay preguntas que no se resuelven en el laboratorio. Lo que ha caracterizado mi trabajo todos estos años es usar un enfoque científico de la historia, haciendo experimentos comparativos. Lo que podemos hacer es mirar diferentes países y tratar de entender en qué circunstancias se dio la reconciliación y en cuáles no. Lo que funcionó y lo que no. Diría que hago eso: dar una mirada científica a la historia, que es considerada una rama dentro de las humanidades.
Pero ¿de qué otras formas es posible esa reconciliación entre ciencia y humanidades?
Digo que el método científico no son técnicas más útiles para entender el mundo. El método científico no son tubos de ensayo. Otro ejemplo: la literatura. ¿Qué relación puede haber entre literatura y ciencia? ¿De dónde sacó Shakespeare su inspiración? Un experto estadounidense en computación, que acaba de publicar un libro sobre esto, escuchó que existía un manuscrito anterior al nacimiento de Shakespeare que incluía historias e ideas que al parecer usó Shakespeare en sus obras. Para probar científicamente la influencia, hizo un análisis de las palabras en el manuscrito, luego un análisis de las palabras en las obras de Shakespeare y también de todas las palabras usadas en publicaciones británicas entre 1400 y 1600. La conclusión es que el manuscrito sí fue inspiración para Shakespeare porque algunas palabras en el manuscrito aparecían en el mismo orden en sus obras. Incluso palabras muy raras que prácticamente no habían sido usadas en esa época.
¿Es cierto que no usa computador para escribir sus libros?
Es cierto. Tengo un celular que me obligaron a comprar mi esposa e hijos, pero, mire, aquí tengo notas a mano de mi próximo libro. Tengo una máquina a la que le dicto y mi secretaria lo transcribe.
Algunos de sus críticos lo acusan de determinismo geográfico. ¿Qué responde?
Es una queja tonta. Es obvio que la geografía tiene un gran efecto. Y es obvio que la geografía no lo es todo. Es obvio que las razones del colapso de Venezuela no son geográficas. Bolivia, por otra parte, es el único país que no tiene costa al mar en Suramérica. Resultado: es uno de los más pobres.
El tema de su conferencia en la Universidad de los Andes fue la reconciliación. También se reunió con el presidente Santos. ¿Qué le dijo al respecto?
La gente tiene la fantasía de que con la reconciliación en un conflicto todo el mundo estará feliz y van a agradecer a los líderes. Pero resulta que una prueba del éxito del proceso es que la gente odia al líder que lo hizo. Y la razón es que en un conflicto tienes grupos con puntos de vista opuestos. Ninguna reconciliación le va a dar a alguno de los grupos todo lo que quiere. La reconciliación es dejar a todo el mundo un poco infeliz, porque sólo consiguen una parte de lo que quieren. Si alguien está totalmente satisfecho, significa que logró todo lo que quería. Indonesia tuvo una tremenda guerra civil en 1965, con medio millón de personas muertas. No ha habido una reconciliación. Ningún militar resultó condenado. Hoy los conservadores asociados a los militares están felices con el resultado. La izquierda está muy furiosa. Ese es un ejemplo. El segundo ejemplo es Chile. Tuvieron una dictadura militar en 1963. Terminó en 1990. Desde entonces tienen una democracia. Los presidentes democráticos podrían haber ido a castigar a todos los líderes militares. Todo el mundo está infeliz ante eso. Porque los de izquierda dicen que fueron muy pocos. Los de derecha dicen que fueron muchos. Un expresidente chileno explicaba que querían un país para todos los chilenos. Para la extrema derecha que mataron y para la izquierda que fue torturada. El resultado es que Chile es un país pacífico. Pero todos están insatisfechos.
Esa conclusión debió poner feliz a Santos.
Creo que sí. En Colombia, si un grupo hubiera triunfado, los otros estarían insatisfechos. Resulta que el 80 % desaprueba a Santos. Creo que eso prueba que ha tenido éxito al promover la reconciliación.