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Crean ratones con genes de mamuts, pero hay científicos con muchas dudas

La compañía estadounidense Colossal afirma haber encontrado la clave para “recrear” mamuts, pero algunos científicos no están muy convencidos.

Redacción Ciencia

05 de marzo de 2025 - 09:00 a. m.
La compañía estadounidense Colossal creó ratones con hasta ocho alteraciones genéticas en siete genes distintos, lo que resultó en un pelaje más largo y peludo. Curiosamente, debido a una mutación en la pigmentación, el pelo de los ratones no era gris oscuro como el de los mamuts, sino de un tono más claro y dorado.
Foto: Colossal
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Desde hace años, los científicos han adelantado esfuerzos por recrear a uno de los mamíferos más legendarios que habitó en la Tierra: el mamut. Recientemente, investigadores afirmaron que un pequeño mamífero podría tener la clave para avanzar mucho más en estos intentos: el ratón lanudo.

De manera más específica, la empresa Colossal Biosciences anunció el pasado 4 de marzo que los “ratones lanudos”, una especie editada genéticamente, tiene una serie de mutaciones modeladas sobre las de los extintos mamuts lanudos (Mammuthus primigenius), como cambios que alteran el crecimiento de cabello en los ratones. Uno de sus cofundadores, Ben Lamm, afirmó que esta especie podría “marcar un momento decisivo en nuestra misión de des-extinción”.

Sin embargo, la prestigiosa revista académica Nature consultó a algunos académicos para preguntarles qué tan probable veían las afirmaciones de Lamm, y obtuvieron muchas más preguntas que certezas. Por ejemplo, Stephan Riesenberg, ingeniero genómico del Instituto Max Planck de Antropología en Alemania, le dijo a esa revista que Colossal está “muy lejos de crear un mamut o un ‘ratón mamut’. Es simplemente un ratón que tiene algunos genes especiales”.

Los esfuerzos por “recrear” al mamut

Colossal es una compañía estadounidense, avaluada en más de 10.000 millones dólares, cuya sede se encuentra en Dallas, Texas. Desde hace meses, sus investigadores están indagando en los cambios genéticos que permitieron que los mamuts se adaptaran al frío extremo hace miles de años. Para ello, analizaron los genes de mamuts extintos y los compararon con los de sus parientes vivos, buscando mutaciones que influyeron en características como el pelaje grueso, la acumulación de grasa y la resistencia a bajas temperaturas.

Para comprobar qué tan precisos son estos análisis, el equipo de Beth Shapiro, científica jefa de Colossal, utilizó técnicas de edición genética para modificar ratones y darles algunas mutaciones similares a las de los mamuts. Así, lograron crear ratones con hasta ocho alteraciones genéticas en siete genes distintos, lo que resultó en un pelaje más largo y peludo. Curiosamente, debido a una mutación en la pigmentación, el pelo de los ratones no era gris oscuro como el de los mamuts, sino de un tono más claro y dorado.

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También, modificaron un gen relacionado con el metabolismo de las grasas, pero hasta ahora no han encontrado diferencias en el peso de los ratones con respecto a los normales. Dado que estos pequeños mamíferos aún son jóvenes, los investigadores necesitan más tiempo para evaluar si estas mutaciones afectan su salud a largo plazo, su fertilidad o su resistencia al frío.

Por ahora, Colossal no tiene planes de vender estos ratones, aunque en el mercado ya existe una cepa de ratón de pelo lanudo llamada “wooly”, disponible en el Laboratorio Jackson en Maine por unos 3.500 dólares. Esta cepa tiene una mutación en el gen Fam83g, el mismo que los investigadores inactivaron en los ratones editados genéticamente.

Las dudas de los científicos

Además de las afirmaciones de Riesenberg que dicen que el ratón lanudo es simplemente un mamífero con genes especiales, otros expertos, entre ellos la bióloga evolutiva Louise Johnson, fue consultado por el diario El País de España al respecto. Johnson, quien hace parte de la Universidad de Reading, afirmó que, aunque se podría introducir un gen de vellosidad en un elefante para que se parezca a un mamut, igualmente “no sería un mamut en un sentido significativo”.

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Tori Herridge, de la Universidad de Sheffield, puso los obstáculos que enfrenta Colossal en perspectiva: en sus palabras, menos del 10 % de los embriones editadores genéticamente logran desarrollarse, y muy pocos de los nacidos presentan las modificaciones en todos los genes que se quieren impactar. Esto, en palabras de Herridge, pone en la cuerda floja el desarrollo de tecnologías que, como la de la empresa estadounidense, pretenden “recrear” animales extintos.

Por su parte, Robin Lovell-Badge, jefe del Laboratorio de Biología de Células Madre y Genética del Desarrollo del Instituto Francis Crick en Londres, le dijo a CNN que su mayor duda con la investigación de Colossal es que “no hay nada que aborde si los ratones modificados son tolerantes al frío, que es la justificación dada para llevar a cabo el trabajo”.

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