Las revelaciones de 50 años de asesinatos masivos en EE.UU

Un análisis de los asesinatos masivos desde 1966 hasta el 2019 demuestra que cada vez son más letales y sus autores buscan fama y atención.

Redacción Vivir
26 de diciembre de 2019 - 11:52 p. m.
En agosto de 2018 se presentó un tiroteo masivo en la ciudad de Jacksonville, Florida. / AFP
En agosto de 2018 se presentó un tiroteo masivo en la ciudad de Jacksonville, Florida. / AFP

En 2016, el número de personas víctimas de asesinos en masa en los Estados Unidos alcanzó un máximo en los últimos 50 años. Un año más tarde, 2017, el número de personas asesinadas en esa misma modalidad volvió a romper el récord de todos los registros del FBI. No se trata de un número que pueda explicarse por el simple aumento de la población. Cuando las cifras se ajustan a un número per cápita, el fenómeno se mantiene.  

Para entender qué puede estar pasando, Adam Lankford de la Universidad de Alabama y James Silver de la U. de Worcester, revisaron datos de los asesinatos masivos que se han registrado en Estados Unidos desde 1966 así como estudios previos, informes gubernamentales, documentos de fuentes primarias (por ejemplo, manifiestos de delincuentes, revistas o publicaciones en línea) y noticias en medios de comunicación. Los hallazgos de su trabajo revelan un preocupante panorama. 

“Hay muchas razones por las cuales los tiroteos masivos de hoy deberían ser, en teoría, menos mortales que los de décadas anteriores”, anotaron los autores. Sin embargo, hasta la fecha nadie ha proporcionado una explicación clara y convincente de por qué los tiroteos masivos públicos se han vuelto más letales con el tiempo. 

Los resultados publicados en la revista Criminology and Public Policy revelan por un lado que existe un mayor deseo de fama y atención entre los asesinos. También mostraron que los asesinos son influenciados por los asesinos previos que despiertan en ellos un deseo de imitar y “superarles". 

“Estos motivos cada vez más comunes parecen haber causado un cambio en los métodos de ataque más comunes de los perpetradores”, explicaron los autores. En pocas palabras, los asesinos que quieren matar a un gran número de víctimas tienen “más probabilidades de tomar medidas específicas para lograr esos objetivos. En particular, a menudo participan en períodos de planificación prolongados, desarrollan estrategias de ataque más extensas y parecen más motivados a adquirir armas que aumentarán su letalidad”. 

Otro factor que estaría determinando la mayor letalidad es, por supuesto, la disponibilidad de armas de asalto semiautomáticas de fácil acceso. En muchos casos, dicen los autores, este proceso de adquisición de armas implica la obtención de múltiples armas de fuego y al menos un fusil semiautomático o arma de asalto. “Y aquellos que buscan estas poderosas armas se benefician de otro cambio clave en la sociedad estadounidense: la mayor disponibilidad de rifles semiautomáticos y armas de asalto para los consumidores”, anotaron. 

Las dos recomendaciones principales de los autores para las autoridades apuntan a restringir el acceso a armas y cambiar la forma en la que los medios masivos de comunicación abordan y cubren los tiroteos masivos. ¿Cómo deberían los medios cambiar su enfoque? “El consenso de los académicos y las fuerzas del orden es claro: deje de publicar los nombres y fotos de los asesinos públicos en masa (excepto durante las búsquedas en curso de sospechosos fugados), pero continúen informando los otros detalles de estos crímenes de manera responsable”, concluyeron.

 

Por Redacción Vivir

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