Si todo sale como está previsto, este jueves 30 de julio despegará desde Cabo Cañaveral, Florida, la nueva misión que la Nasa enviará a Marte. Peseverance (Perseverancia, en español), como la han llamado, es una de las más sofisticadas que la agencia espacial ha enviado al planeta rojo. Con ella, los científicos buscan responder preguntas que hasta el momento siguen sin respuesta. (Lea China lanza su primera misión a Marte)
Como dice en un comunicado de prensa Lori Glaze, directora de ciencia planetaria en la sede de la NASA en Washington, “nos acercaremos más que nunca a responder algunas de las preguntas científicas más arraigadas sobre el planeta rojo, incluyendo si alguna vez existió vida allí. El rover establece un nuevo estándar para nuestros objetivos en Marte”.
Para resolver las inquietudes y explorar el vecino planeta, Perseverance, que aterrizará en Marte el 18 de febrero de 2021, está cargada de sofisticados artefactos. Tiene, por ejemplo, un sistema de Navegación por Terreno Relativo, que, en pocas palabras, permite el rover eluda peligros que pueden presentarse durante el aterrizaje.
También tiene, dice la NASA, “un conjunto de sensores de los Instrumentos de Entrada, Descenso y Aterrizaje del Laboratorio Científico de Marte 2 (MEDLI2 por sus siglas en inglés)”, que reunirá los datos datos claves mientras atraviesa la atmósfera marciana. Tendrá abordo 23 cámaras, muchas más que cualquier otra misión.
Así mismo, este rover tiene un sistema de inteligencia de pilotaje que permitirá que el viaje sea mucho más eficiente en comparación con los que se han realizado hasta el momento. Cuenta, además, con conjunto de instrumentos que recopilará información sobre condiciones meteorológicas, clima y polvo. El “Analizador de Dinámica Ambiental de Marte” (MEDA por sus siglas en inglés), es como lo llaman.
Otro artefacto clave es el “Experimento de Utilización in situ del Oxígeno de Marte (MOXIE por sus siglas en inglés)”, que, como se lee en la página de la NASA, “tiene como objetivo producir oxígeno a partir del dióxido de carbono captado de la atmósfera marciana, demostrando una manera en que futuros exploradores podrán producir oxígeno para la propulsión de cohetes y para respirar”.
¿Qué buscará el Perseverance con estos instrumentos? Básicamente, sus objetivos son “buscar de signos de antigua vida microbiana, caracterizar la geología y el clima del planeta, recolectar muestras de rocas y sedimentos cuidadosamente seleccionadas para su futuro retorno a la Tierra”. La idea es que esta misión allane el camino para la exploración humana más allá de la Luna.
Para facilitar la búsqueda de vida microbiana los científicos de la agencia espacial estadounidense se han cerciorado para que la nave aterrice en el cráter Jezero, que tiene unos 45 kilómetros de ancho y se encuentra en el borde de una cuenca gigante: la llanura Isidis Planitia. Fue formada hace mucho tiempo cuando una roca espacial impactó la superficie del planeta rojo.
Es posible, dice la NASA, que hace 3 mil o 4 mil millones de años, allí haya fluido un río hacia un cuerpo de agua tan grande como el lago Tahoe en California.
“El equipo científico sostuvo muchas discusiones internas y externas sobre a dónde debía dirigirse el próximo rover de Marte. Finalmente elegimos el cráter Jezero porque es un lugar muy prometedor para encontrar moléculas orgánicas y otros signos potenciales de vida microbiana”, dijo Ken Farley, científico de la misión, ubicado en Caltech, Pasadena (EE.UU.).
Una de las cosas más sorprendentes del Perseverance es que será el primer rover que será el primer en recolectar muestras en Marte de rocas y sedimentos que regresarán a la Tierra en una futura misión. “Se utilizarán laboratorios terrestres para determinar si las potenciales muestras de vida colectadas por el rover son prueba definitiva de vida extinta”, explica la NASA.
“Construir este rover increíblemente sofisticado ha sido la cosa más difícil en la he participado como ingeniero”, señaló Ray Baker, gerente del sistema de vuelo de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL por sus siglas en inglés), en el sur de California. “Aunque el coronavirus añadió desafíos logísticos significativos, el equipo demostró una gran determinación y diligencia al construir un rover que nos enorgullece enviar a Marte. No podemos esperar a ver la recompensa a nuestra muchos años de dedicación que constituirá su despegue”.