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Una nueva investigación publicada el pasado 3 de febrero documentó cómo los chimpancés occidentales (Pan troglodytes verus) del Parque Nacional Taï, en Costa de Marfil, utilizan gestos auditivos para solicitar cópulas, o lo que es lo mismo, para atraer a una pareja con fines reproductivos. La investigación se llevó a cabo en cuatro comunidades de chimpancés salvajes, con datos recopilados a lo largo de varios años (2013-2024 para dos comunidades y 2019-2024 para las otras dos).
Los investigadores identificaron cuatro tipos de señales producidas por los machos, todas ellas involucrando el uso de objetos para generar ruido: sacudir una rama, patear el talón, golpear los nudillos y cortar una hoja. Estos gestos no solo captaban la atención de otros individuos, sino que también provocaban respuestas sexuales por parte de las hembras. En total, se registraron 495 señales de solicitación de cópula en 454 eventos, protagonizados por 31 machos adultos (de 12 años o más). Los científicos, que publican su estudio en Current Biology, describen que el uso de estos gestos siguió patrones que coincidían con las tradiciones culturales de cada comunidad de chimpancés.
Esto último es uno de los hallazgos más importantes. Por ejemplo, durante el período de estudio, el gesto de golpear los nudillos solo se observó en la comunidad del noreste, donde fue realizado por 9 de 13 machos y representó el 56 % de las señales de solicitud de apareamiento registradas. Un análisis confirmó que los machos de esta comunidad eran hasta 11 veces más propensos a usar este gesto en comparación con los de otras comunidades. Los investigadores sugieren que el hecho de que cada comunidad tenga su propia versión apunta a que estas señales se aprenden socialmente, como un “dialecto” gestual. Es decir, aunque todos los chimpancés usan gestos para el apareamiento, la forma exacta en que lo hacen varía según la comunidad, lo que indica una transmisión cultural.
En Taï (Costa de Marfil), es más común que los chimpancés golpeen los nudillos contra superficies, mientras que en Sonso (Uganda), prefieren dar palmadas sobre objetos. Otro ejemplo es el corte de hojas, que en Sonso es una señal clave para la cópula, pero en Taï se usa más en juegos o al golpear troncos, y rara vez para atraer pareja. Aunque se cree que todos los chimpancés tienen un conjunto de gestos heredados por su especie, cada grupo usa solo algunos de ellos, revelan los científicos. Como los chimpancés de ambas regiones viven en bosques similares con los mismos recursos, estas diferencias en sus gestos no parecen deberse al ambiente, sino a costumbres aprendidas dentro de cada comunidad.
La cantidad de individuos en cada comunidad podría influir en esas tradiciones culturales, creen los científicos. En los humanos, cuando una población se reduce mucho, ciertas habilidades y comportamientos pueden perderse. Los autores del estudio creen que algo similar ocurrió con los chimpancés de la comunidad del norte en Taï. Antes, el gesto de golpear con los nudillos era común en ese grupo, pero la población disminuyó drásticamente desde 1999 debido a la presión humana. Para 2008, todos los machos adultos habían desaparecido, y durante ocho años no hubo dos machos adultos juntos en la comunidad. Esto hizo que los más jóvenes no tuvieran modelos a seguir para aprender y mantener el gesto.
Desde 2004, los investigadores dejaron de observar este comportamiento en la comunidad del norte de esta región. Estudios recientes, iniciados en 2019, confirmaron que el gesto ha estado ausente durante unos 20 años, es decir, una generación completa de chimpancés. Aunque la cantidad de machos adultos ha vuelto a ser similar a la que había cuando el gesto era común, este no ha reaparecido. “La aparente pérdida de esta forma de señal después de un grave declive demográfico resalta empíricamente la importancia de la interconexión y el flujo de información para la retención cultural”, se lee en la investigación.
El trabajo destaca finalmente la necesidad de pensar en la cultura en los esfuerzos de conservación de los chimpancés, un factor que se tuvo en cuenta en el plan de 2020 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza para salvar al chimpancé occidental en peligro crítico de extinción, le dijo Kirsty Graham, primatóloga del Hunter College que no participó en el trabajo, a la sección de noticias de la revista especializada en ciencia, Sicence. “Este estudio muestra que los grupos de chimpancés no solo difieren en las herramientas que utilizan, sino también en las formas en que se comunican”, explicó. “Por lo tanto, conservar grupos diversos de chimpancés es realmente valioso”.
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