Los eventos científicos que marcaron la década
Desde los avances en la edición genética y el poder de la inteligencia artificia hasta los computadores cuánticos, estos fueron algunos de los hallazgos que impactaron la ciencia en los últimos años. Panorama.
El Espectador
La última década estuvo marcada por importantes innovaciones científicas y tecnológicas. La carrera por conquistar el mundo cuántico, los avances en la edición de genes y los triunfos de inteligencia artificial (IA) fueron algunos de los hechos que pusieron en evidencia la velocidad y la escala en la que pueden ocurrir grandes transformaciones. Con la llegada del 2020, la revista científica Nature hizo un recuento de algunos de ellos; también de los retos que le esperan a la ciencia frente al cambio climático.
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La última década estuvo marcada por importantes innovaciones científicas y tecnológicas. La carrera por conquistar el mundo cuántico, los avances en la edición de genes y los triunfos de inteligencia artificial (IA) fueron algunos de los hechos que pusieron en evidencia la velocidad y la escala en la que pueden ocurrir grandes transformaciones. Con la llegada del 2020, la revista científica Nature hizo un recuento de algunos de ellos; también de los retos que le esperan a la ciencia frente al cambio climático.
El poder de la inteligencia artificial
A partir de 2010 la IA empezó a revelar su poder y su potencial disruptivo. En la actualidad pocos campos permanecen al margen de la revolución del llamado “machine learning” (aprendizaje automático), y la IA está en todas partes: física cuántica, medicina, conversaciones con Siri, sugerencias de productos, publicidad en la red y hasta en el recuadro amarillo que nos enfoca la cara cuando tomamos una selfie. Su último impulso lo recibió con la llegada del aprendizaje profundo: el uso de redes neuronales para detectar patrones en datos complejos. Así se ha entrenado para vencer a profesionales de póquer, videojuegos y el complejo juego de mesa Go, e incluso ha empezado a mostrar sus avances en el desarrollo de carros sin conductor. Aunque el objetivo último de la IA es lograr una red cada vez más compleja y un sistema que se comporte de manera similar al cerebro, que pueda entender y reaccionar, los algoritmos siguen siendo hasta ahora incapaces de automatizar cualidades humanas como el sentido común.
Evolución de los estudios genéticos
En el 2010 ya estaba claro que la caída de los costos y la velocidad creciente de la secuenciación de genomas iba a ser valiosa, pero también desafiante. En las ciencias de la vida ha ayudado a transformar el estudio del microbioma, el material genético de todos los microorganismos encontrados en entornos particulares. En 2013 las genetistas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna perfeccionaron la herramienta Crispr/Cas9, algo así como unas tijeras de ADN, que pueden ser guiadas específicamente a una secuencia del material genético para quitarla y reemplazarla por otra. La técnica, que no ha estado exenta de polémica, se ha convertido en una promesa para curar enfermedades. Por su parte, el estudio de la evolución humana también amplió su enfoque más allá de los huesos y las piedras, incluyendo los genes y las proteínas que ahora están ayudando a revelar las complejidades del proceso evolutivo.
De la mano de estos avances han llegado, a su vez, los llamados de atención y señales de alerta. Algunos investigadores están desplegando big data para explorar contribuciones genéticas a problemas altamente complejos y cuyos enlaces son hasta ahora difusos y poco entendidos. Las compañías que ofrecen pruebas genéticas se están expandiendo a lo que ven como un mercado potencialmente lucrativo para predecir la inteligencia u otros rasgos, y esto está sucediendo antes de cualquier consenso entre los investigadores sobre la confiabilidad y el valor de tales pruebas, y mucho antes de su regulación adecuada.
De células humanas a células madres
Otra frontera en la que se ha avanzado es en la reprogramación de las células humanas maduras a un estado de células madre. La capacidad de inducir la pluripotencia y transformarse en múltiples tejidos hace posible el crecimiento de células nuevas a partir de casi cualquier variedad de células adultas. Ahora se está utilizando en procedimientos clínicos exploratorios para tratar la degeneración o el daño del tejido retinal y neural, pero aquí también existe un mercado floreciente para tratamientos no probados y potencialmente inseguros.
Rompiendo los límites del espacio-tiempo
La última década también revolucionó el mundo de la física. En 2012, investigadores del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN por su sigla en inglés) confirmaron que habían encontrado el bosón de Higgs —un elemento clave de la estructura fundamental de la materia, conocido como “la partícula de dios”—, gracias al Gran Colisionador de Hadrones, y que este se comportaba como lo había indicado la teoría. Cuatro años más tarde, en 2016, se anunció también que se habían detectado ondas gravitacionales. El hallazgo confirmó lo que la teoría general de la relatividad había predicho durante mucho tiempo: que los eventos astrofísicos violentos podrían causar pequeñas oscilaciones en el espacio-tiempo.
Computación cuántica
Cuando comenzó la década, la computación cuántica parecía una buena idea en el papel, pero algo distante en términos prácticos. Las cosas cambiaron. Incluso, especialistas del campo se han sorprendido de lo rápido que evolucionaron los primeros dispositivos, y el 2019 terminó con máquinas de IBM y Google que persiguen la supremacía cuántica. En octubre, científicos de Google afirmaron que con un nuevo procesador habían logrado hacer un cálculo en tres minutos y veinte segundos; que al superordenador más avanzado le habría tomado unos 10.000 años. Como respuesta, IBM aseguró haber realizado una simulación ideal de la misma tarea con un sistema convencional, en 2,5 días y con mayor fidelidad. En la actualidad, grandes flujos de dinero se dirigen hacia los laboratorios de nuevas empresas que trabajan en hardware o software de computación cuántica en todo el mundo.