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Los humanos tienen un músculo “fósil” en la oreja que hace que se mueva

Al intentar prestar atención a un sonido en particular, en situaciones en las que hay otros ruidos distractores, activaría un músculo que creíamos que no funcionaba.

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02 de febrero de 2025 - 11:17 p. m.
Aunque el músculo se activa, parecería no tener un beneficio particular en la escucha.
Aunque el músculo se activa, parecería no tener un beneficio particular en la escucha.
Foto: Getty Images - nicolas_
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Muchos animales se valen del movimiento de sus orejas para prestar atención a algunos sonidos. El ejemplo más cercano que tenemos es el de los perros, que levantan sus orejas o las giran levemente cuando prestan atención a un lugar.

Esta función también la habrían tenido los antepasados de los humanos varios miles de años atrás. Aunque evolucionamos para tener estructuras auditivas más pequeñas, pegadas a la cabeza y aparentemente sin movilidad, conservamos algún recuerdo (y un músculo) de ese pasado.

Un grupo de investigadores ya había descubierto la presencia de este músculo en la oreja humana, describiéndolo en 2020 como un vestigio que hacía parte de la actividad auricular.

Ahora, en un nuevo artículo publicado recientemente, encontraron nuevos detalles sobre la función que cumpliría. Para hacerlo, llevaron a cabo un experimento con un grupo de 20 personas que debían hacer una prueba de escucha que se iba poniendo más difícil a medida que avanzaba.

El sonido principal, en el que tenían que enfocarse, era un audiolibro. Simultáneamente, se escuchaba un sonido distractor que los participantes debían intentar ignorar.

Al principio, el sonido distractor no tenía mucho protagonismo y permitía distinguir fácilmente la voz del audiolibro. Sin embargo, a medida que el experimento avanzaba, el sonido se volvía más fuerte, haciendo más difícil la atención en el sonido principal.

En el análisis, los investigadores encontraron que el músculo se activó cuando los participantes tenían que hacer un mayor esfuerzo para prestar atención al sonido. Su función es empujar levemente la oreja hacia arriba y hacia afuera.

La cuestión con ese músculo, dicen los investigadores, es que cuando se activa no parece brindar una mejora notable en la experiencia de escucha. Podría ser más un reflejo del cuerpo que le da uso a ese músculo heredado de nuestros antepasados.

Para conocer más sobre su funcionalidad, señalan los autores, es necesario llevar a cabo experimentos con más participantes, para ver si se trata de un patrón que se repite en poblaciones más grandes. Esto también incluiría evaluar si tiene algún beneficio que se haya pasado por alto en este experimento.

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