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Una nueva investigación reveló que miles montículos y colinas ubicadas en las áridas llanuras en el norte de Marte están llenas de minerales arcillosos, lo que demostraría que las rocas de esta zona estuvieron empapadas de agua en el pasado.
De acuerdo con los investigadores, estas colinas son los restos de un paisaje, de aproximadamente del tamaño del Reino Unido, que ha sido erosionado casi por completo.
Estos son los resultados de un estudio realizado por el Museo de Historia Natural de Londres, con colaboradores de The Open University, cuyos hallazgos fueron publicados recientemente en la revista Nature Geoscience.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos utilizaron imágenes de alta resolución y datos captados por orbitadores en Marte para comprender la geología de estas colinas.
De esta manera, el equipo concluyó que estas estructuras, que miden hasta medio kilómetro de altura, son los restos de antiguas tierras altas que retrocedieron cientos de kilómetros después de que procesos de erosión desgastaran el terreno hace miles de millones de años. Fenómenos como este, según los autores del estudio, jugaron un papel clave en la configuración del paisaje marciano que divide el hemisferio norte del planeta, de baja altitud, de su hemisferio sur, de mayor altitud.
En resumen, estas colinas están hechas de depósitos que contienen minerales de arcilla que se formaron a través de interacciones del agua con las rocas marcianas a lo largo de millones de años. Estos materiales se encuentran entre otras capas que no contienen este tipo de materiales o características, lo que marcaría un evento geológico especifico de la historia de Marte.
“Estos montículos son increíblemente emocionantes porque conservan la historia completa del agua en esta región dentro de afloramientos rocosos accesibles y continuos. Son un lugar privilegiado para futuras misiones destinadas a descubrir si Marte tuvo alguna vez un océano y si pudo haber existido vida allí”, explicó Joe McNeil, investigador del Museo de Historia Natural de Londres, a través de un comunicado de prensa.
El estudio también revela que los montículos están geológicamente vinculados a las llanuras cercanas de Oxia Planum, que el rover Rosalind Franklin de la Agencia Espacial Europea tiene como destino, cuando se lance en 2028 en busca de signos de vida pasada y presente. Al reconstruir el pasado antiguo de Marte, los científicos están descubriendo la historia de un planeta que alguna vez pudo haber sido capaz de albergar vida.
“Marte es un modelo de cómo podría haber sido la Tierra en sus inicios, ya que su falta de tectónica de placas significa que gran parte de su geología antigua aún se conserva”, indica McNeil. “Cuantas más misiones visiten el planeta rojo, más podremos ahondar en la historia de nuestro propio planeta para averiguar cómo comenzó la vida”.
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