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Las aves heredaron de los dinosaurios huevos de diferentes colores y no lo desarrollaron en el proceso de evolución, dice Nature. Paleontólogos estadounidenses analizaron la cáscara de los huevos de dinosaurios que vivieron en diferentes partes del planeta en diferentes momentos y descubrieron que los huevos eran de color verde, azul o rosado.
Hasta hace poco, se creía que las aves, el único de los vertebrados superiores que ponen huevos de colores, desarrollaron esta característica de manera independiente en el proceso de evolución. Los investigadores asumieron que después de la extinción de los dinosaurios, las aves comenzaron a ocupar los nichos ecológicos vacíos, y las condiciones del hábitat influyeron en el color de la cáscara de huevo.
En el nuevo artículo, los paleontólogos Mark Norell del Museo Americano de Historia Natural, Jasmina Wiemann de la Universidad de Yale (EE.UU.) y Tzu-Ruei Yang de la Universidad de Bonn (Alemania), estudiaron cáscaras de huevo de 19 especies, entre ellas los extintos Arcososaurios (el grupo al que pertenecen los dinosaurios, cocodrilos y aves) utilizando la microspectroscopia Raman. Este método permite distinguir los pigmentos responsables del color de la cáscara, de los compuestos similares en composición química, que se forman durante la fosilización de la cáscara del huevo.
Como resultado, los científicos descubrieron que los pigmentos biliverdina y protoporfirina IX, juntos o por separado, se encuentran en la cáscara de los dinosaurios de la familia Troodontidae que vivieron en el territorio de la Mongolia moderna y China en los períodos Jurásico y Cretáceo, y de los Deinonychus antirrhopus, que vivieron al comienzo del Cretácico en el territorio moderno de Estados Unidos.
"Suponemos que el color de la cáscara del huevo apareció cuando los dinosaurios comenzaron a hacer nidos abiertos", dice Yasmina Wimann. “Los depredadores y parásitos pudieron haber notado fácilmente los huevos. Por ello, aparentemente, en los huevos apareció una pintura protectora o un patrón individual de manchas".
En mayo, investigadores del Museo de la Universidad de Nagoya (Japón) estudiaron cerca de tres docenas de nidadas de huevos fosilizados pertenecientes a diferentes especies de ovirraptorosaurios, un grupo de dinosaurios carnívoros emplumados, y han descubierto la sofisticada estrategia que seguían para empollar sus huevos sin aplastarlos: se colocaban en un espacio abierto en el centro de un anillo de huevos, en lugar de justo sobre ellos. Un comportamiento del que no se tiene constancia en las aves modernas.