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La creación del ministerio de ciencia, tecnología e innovación en Colombia no será como “soplar y hacer botellas”. Los retos comenzaron el mismo 24 de enero, cuando el Gobierno sancionó la Ley 1951 de 2019, dando un plazo de un año para que empiece a funcionar. Incluso, desde el 16 de diciembre, cuando el Congreso de la República aprobó por unanimidad la propuesta y se empezaron a escuchar pasos decididos y comprometedores, Colciencias se puso alerta y la comunidad científica, representada en academias, universidades y asociaciones, empezó a organizar reuniones para incidir en la armada de este rompecabezas. (Acá: Así funcionará el Ministerio de Ciencia y Tecnología)
La primera duda que ha quedado explícita es qué pasará con Colciencias, pues la ley menciona que para iniciar labores, el futuro ministerio no deberá generar gastos adicionales a los que tenga presupuestados Colciencias. ¿Y entonces? Su director, Diego Hernández Losada, anuncia que habrá una transformación de una entidad a otra, mientras el impulsor de la ley, Iván Darío Agudelo, dice que no se trata de “cambiar el aviso”, e insiste en “crear un verdadero sistema, un ente rector”. Por su parte, el sociólogo Fernando Chaparro, exdirector de Colciencias en los noventa, lo interpreta como “un cambio estructural fundamental”, y se refiere a las tres transformaciones que ha tenido la entidad: se crea como fondo, se transforma en instituto, luego en departamento administrativo y ahora, “la transformación más grande”, en ministerio.