Publicidad

“El riesgo de la IA es volverte sedentario cognitivamente”: Mariano Sigman

El neurocientífico Mariano Sigman estuvo de visita en el país conversando sobre Inteligencia Artificial y las consecuencias de estas tecnologías para la sociedad. El Espectador habló con él.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Juliana Bedoya Pérez
10 de marzo de 2025 - 06:00 p. m.
Neurocientífico Mariano Sigman.
Neurocientífico Mariano Sigman.
Foto: Cortesía Hay Festival
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La voz de Mariano Sigman se ha convertido en una referencia al hablar del funcionamiento del cerebro, del pensamiento, el lenguaje y la tecnología. Está lejos de mostrarse como un gurú, de esos que tienen todas las respuestas y lanzan predicciones, de hecho desconfía de quienes lo hacen.

Este neurocientífico argentino fue director del Human Brain Project, un proyecto europeo que recreó tecnológicamente el cerebro humano para avanzar en medicina y neurociencia. Reconoce que la Inteligencia Artificial está en pañales, que va a cambiar la sociedad, pero de modos inciertos.

Con una habilidad única para simplificar lo complejo, Sigman explora estos temas en su libro Artificial, la nueva inteligencia y el contorno de lo humano, coescrito con el también argentino Santiago Bilinkis. Recorren la historia de la computación, desde Alan Turing hasta la IA actual, y plantean preguntas clave sobre su impacto en la educación, la salud, el trabajo y la ética.

Sigman fue uno de los invitados a la vigésima versión del Hay Festival y durante su paso por Cartagena, habló para El Espectador.

¿Qué tan difícil fue poner en términos para todo el público toda esta información que hay sobre Inteligencia Artificial?

No fue difícil porque es mi lenguaje natural. Hablar difícil es una impostura. Lo vi siempre en mi carrera, a mí me encanta la matemática, pero a veces hay gente que usa matemática sofisticada solo para mostrar que la sabe, o el virtuosismo musical, quien te muestra que puede tocar 800 notas, cuando al final lo que te gusta son los Beatles, que hacen cuatro acordes, que son siempre los mismos.

¿Cómo percibe el impacto de la inteligencia artificial en la vida cotidiana?

Hay ciertas cosas de la inteligencia artificial del lado del usuario, cómo funcionan las redes sociales, cómo presentan herramientas que reemplazan asuntos del pensamiento y ponen en riesgo la educación de los niños. Del otro lado del mostrador, la inteligencia artificial es una industria descomunal. Es una industria de manejo de datos para la medicina, es una industria también de control bélico, es una industria de manejo de la opinión y de la información y de publicidad y, por lo tanto, se convierte en un factor económico muy grande.

¿Y específicamente a América Latina?

La brecha aumenta porque los que tienen acceso a la industria de la inteligencia artificial es principalmente Estados Unidos. Pero la aparición de DeepSeek en China, pateó el tablero y muestra que hay una oportunidad para países del tercer mundo de entrar en esta carrera sin la inercia previa que parecía necesaria. Ahora es un momento de enorme confusión y de cierta oportunidad económica para América Latina.

Con DeepSeek, vuelve el tema del manejo de datos y la privacidad, algo similar a la prohibición temporal de TikTok en Estados Unidos. ¿Hay diferencia en que esta tecnología venga de China o de Estados Unidos?

China vuelve más evidente algo que igual pasa cuando no viene de China. Estamos dándole datos a corporaciones grandes. Cuando hablas con herramientas como Chat GPT, le estás contando todas tus ideas, lo que piensas, lo que quieres saber, lo que te interesa, lo que desarrollas.

Tú le cuentas el producto que acabas de desarrollar, y ellos saben que hay alguien en este lugar que está desarrollando este producto, por supuesto que tienen esa información y por supuesto que la usan para construir sus propios modelos y luego la usarán de maneras que ni ellos mismos saben.

¿Se debe regular entonces el acceso y uso de los datos?

Hay una especie de chiste que dice que en Estados Unidos se crean tecnologías, que en China se replican y que en Europa las regulan. Ese chiste va en demérito a Europa, pero hay sabiduría en que esto tienes que regularlo. Cuando compras un coche, el coche está regulado, hay alguien que verifica si el freno se dilata a cierta temperatura o no, porque tú como usuario no lo puedes saber.

Está bien que sepas cuáles son las reglas, si te dan este servicio tienen derecho a usar tus datos. Otra cosa es que tú no lo sepas y entres en un lugar de una enorme confusión, que las reglas sean claras es bueno para todo el mundo. Cuando entra China, paradójicamente pone más en evidencia esto de la necesidad, pero son necesarias si estas cosas vienen de China, de Estados Unidos, de Francia, de España o incluso de Sudamérica.

¿Cuál es la importancia de las regulaciones sobre neuroderechos sobre los que países como Chile y Brasil han empezado a legislar, para proteger la privacidad y autonomía mental frente a los avances tecnológicos?

Es un buen precedente, pero también distrae de algo que es mucho más urgente y más contemporáneo. Estamos entregando un montón de cosas sin necesidad de que nadie ponga un solo electrodo. Entregas tu tiempo, tu atención, lo que eliges, lo que haces, lo que no haces, y uno lo entrega justamente porque hay redes sociales que pueden hacer lo que quieran. No solo con adultos sino con niños también.

Lo que me parece un poco raro es que se está regulando algo que a lo mejor puede ser que pase dentro de 30 o 40 años y que no haya tanto foco en regular algo que ya está pasando hoy. Es como si pensáramos en regular la propiedad de Marte. Si tienes a todos los gobiernos pensando en eso y no en temas que son de una coyuntura política actual, inmediata, mucho más urgente, hay algo un poco raro.

¿Cómo pueden las herramientas generativas de IA afectar el empleo y aumentar las brechas sociales?

Seguramente va a haber una enorme reestructuración del empleo, que como mínimo va a generar una crisis de desempleo. Hay que pensar cómo las economías van a responder a eso, habrá que prepararse como individuos, políticamente, como sociedades. Y también éticamente.

En un escenario hipotético, hay máquinas que hacen todo el trabajo, es una especie de sueño griego viejo, podemos dedicarnos a la filosofía, a cultivarnos, a brindar y a beber con amigos, a estar con nuestros hijos, a viajar. Es una especie de mundo ideal, pero ese mundo se parece a una jubilación temprana, y a la gente tampoco le gusta jubilarse, porque el trabajo además de darte medios, te da un sentido, te ordena el tiempo. Vamos a tener que estar preparados para un mundo en el cual va a cambiar un pilar muy fundamental de la sociedad.

¿Y en cuanto a eso que vemos tan humano como la creatividad vamos a quedar obsoletos?

La gente sigue haciendo suéteres a mano. Se demora mucho más tiempo, se lavan peor, son más caros, pero se venden. Puede ser que en un futuro haya algo parecido, libros que sean perfectos para ti, pero que los haya hecho una inteligencia artificial que te conoce y te hace un libro que justo vibra como tú quieres vibrar. No tiene que decir exactamente lo que quieres, pero te va a atraer oírlo, puede ser que te provoque y te perturbe, pero que lo haga exactamente de una manera que sabe que vas a resonar con eso. Pero a lo mejor va a haber otro libro que te va a costar más leerlo, un poco más aburrido y menos dinámico, pero está escrito por una persona y tú vas a querer comprarte ese libro y vas a notar algo ahí.

Al principio del siglo XX, cuando salieron los ascensores, la gente no se subía a uno si no había un ascensorista, y hoy te parece ridículo que lo haya. Pero tampoco te gusta subirte a un tren si no hay un conductor, pero dentro de poco nos acostumbraremos.

Suponte que en un futuro te dicen, puedes elegir un robot o un cirujano y te muestran las estadísticas y tú ves que la estadística del robot en la operación que te vas a hacer es mucho mejor que una persona, ¿qué elegirías? No importa la respuesta, me interesa más la pregunta. Las prioridades no son iguales cuando lees un libro, cuando te van a operar o cuando vas a subirte a un avión.

¿Y en el tema de la educación?

Hay dos elementos, el esfuerzo y la identidad. Hay tecnologías que te reemplazan y tecnologías que te extienden. Un coche sustituye tu movimiento, una bicicleta te extiende, tú haces esfuerzo, tú trabajas, tú pones el rumbo, vas donde quieres, pero en vez de hacer diez kilómetros, haces cincuenta. Esa es una buena brújula. En educación tienes que pensar el vínculo con las tecnologías digitales como algo que te extienda. Donde sabes exactamente el texto que quieres escribir, el tono que quieres que tenga, luego te genera algo que dices “no, a mí esto no me gusta”, lo cambias y es tu voz, en cuanto hagas este trabajo, donde vas marcando el rumbo y estás haciendo esfuerzo, aprendes y no pones en riesgo esto de volverte sedentario cognitivamente, perder tu capacidad de pensar. Es no convertirte en un instrumento de las máquinas.

👩‍🔬📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre ciencia? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🧪🧬

Por Juliana Bedoya Pérez

Conoce más

Temas recomendados:

 

Fernando Carreño(17315)11 de marzo de 2025 - 06:53 p. m.
Me parece muy interesante cómo se aborda la reflexión sobre la naturaleza humana y la resistencia al cambio. A veces, las experiencias y las consecuencias son las únicas que realmente nos motivan a cuestionar nuestro comportamiento.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.