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Por pura casualidad, la historia que parecía olvidada en el fondo del lago Míchigan volvió a la superficie. La semana pasada, a 2,74 metros de profundidad frente a la playa de Manitowoc, Wisconsin, un pescador descubrió lo que más tarde se confirmaría como los restos del J.C. Ames, una embarcación que sirvió a la industria maderera y ferroviaria desde finales del siglo XIX hasta su hundimiento intencional en 1923.
El hallazgo, según lo reportó la compañía Sociedad Histórica de Wisconsin, lo hizo el científico Christopher Thuss, quien se encontraba pescando en el lago Michigan, uno de los más grandes de Estados Unidos, durante un día brumoso. Sin embargo, contó que divisó algo extraño bajo el agua, al norte del rompeolas de Manitowoc.
Thuss notificó su hallazgo a Tamara Thomsen, arqueóloga marítima de la Sociedad Histórica de Wisconsin, quien trabajó junto al presidente de la Asociación de Arqueología Subacuática del estado, Brendon Baillod, para confirmar que se trataba del J.C. Ames. La embarcación se encuentra ahora dentro de los límites del Santuario Marino Nacional de la Costa Naufragada de Wisconsin, designado en 2021 y administrado por el estado junto con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
“El descubrimiento es valioso no solo por lo que representa en términos históricos, sino por la forma en que llegó a nosotros: por accidente, como suelen suceder estas cosas. Nos permite devolverle a la comunidad una parte de su historia”, explicó Thomsen en un comunicado compartido por la Sociedad Histórica de Wisconsin.
El J.C. Ames fue construido en 1881. En su momento, se le consideró una de las embarcaciones remolcadoras más potentes de los Grandes Lagos, con una máquina de vapor de 670 caballos de fuerza. Costó cerca de 50.000 dólares de la época —más de un millón hoy—, y fue bautizado inicialmente como J.C. Perrett, cuando pertenecía a la compañía Marinette Barge.
Durante su vida útil, cambió de dueños y de funciones: transportó madera, remolcó trenes, reparó daños tras un choque en 1889 y acabó bajo el mando de la Lake Michigan Car Ferry Transportation Company. Finalmente, fue desmantelado y hundido deliberadamente hace poco más de un siglo.
Por ahora, la Sociedad Histórica de Wisconsin iniciará un trámite para incluir la embarcación en el Registro Estatal de Lugares Históricos, con el objetivo de que eventualmente sea parte del Registro Nacional. Debido a su ubicación poco profunda y cercana a la costa, el naufragio podría convertirse en un sitio de interés para actividades como el kayak y el esnórquel.
Más allá del valor arqueológico, Thuss comentó que el hallazgo del J.C. Ames reabre una conversación sobre cómo la historia se preserva —o se pierde— en el fondo de los lagos, y cómo, a veces, basta una mirada curiosa para rescatarla.
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