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Es común que llueva del espacio polvo proveniente de asteroides y cometas. Esos detritos traen consigo información valiosa para la ciencia, más si contienen excesos de minerales poco comunes como hierro radioactivo, como fue el caso del último descubrimiento de un equipo de físicos de la Universidad Nacional de Australia. Los investigadores, que publicaron el hallazgo en la revista Physical Review Letters, aseguran que los 500 kilogramos de nieve que colectaron en la Antártida contiene entre sus compuestos hierro-60, el cual es producido por supernovas.(Lea: Islandia conmemora la desaparición de su primer glaciar víctima del cambio climático)
Esta nieve, capturada hace tres años cerca a la estación alemana de Kohnen, cayó sobre la Antártida durante los últimos 20 años. Sus muestras, analizadas por los investigadores a cargo del candidato a doctorado en física nuclear, Dominik Koll, fue derretida y filtrada con el fin de analizar sus compuestos. Luego, a través de un espectrómetro de masas, los científicos identificaron los detritos encontrando una alta concentración de este hierro que ha sido encontrado en terrenos antiquísimos como lo son la corteza oceánica y la superficie de la Luna.
Si bien el hierro-60, que contiene 26 protones y 34 neutrones, puede ser producido por colisiones entre rayos y polvo cósmico o pruebas y accidentes de armas nucleares, los científicos determinaron que la cantidad de hierro 60 identificada en la nieve de la Antártida era tanta que su único origen parece haber sido la explosión de una o dos supernovas. El rastro de este isótopo suscitó otros interrogantes entre los autores pues se trata de un compuesto de corta duración que nunca había sido reportado en un material geológicamente joven como es la nieve analizada en el estudio: ¿estará lloviendo todavía hierro del espacio?