Un equipo internacional de astrónomos sugirió este jueves algo que podría cambiar por completo la concepción que tenemos del Universo y de su comportamiento. Nuevos resultados del Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura (DESI), un telescopio diseñado para mapear la estructura a gran escala del universo, sugieren que la energía oscura puede estar cambiando con el tiempo.
Para entender esto, hay que explicar algunas cosas. Descubierta por primera vez en 1998, la energía oscura es una forma de energía misteriosa que constituye el 68% del universo y es responsable de la aceleración de su expansión. Es decir, los científicos saben que desde que ocurrió el Big Bang hace casi 14 mil millones de años, el Universo no ha dejado de expandirse, y creen que la responsable de esa expansión es la energía oscura. Imagínela como una fuerza invisible que estira el universo en todas las direcciones. A diferencia de la gravedad, que tiende a atraer la materia, la energía oscura actúa en sentido contrario, empujando el espacio-tiempo y separando las galaxias entre sí a un ritmo cada vez mayor. O al menos eso era lo que creíamos. Este miércoles, los astrónomos sugieren que no es una fuerza constante sino que fluye y refluye a través del tiempo cósmico.
¿Por qué es importante esto? Porque desde que se descubrió que la energía oscura expande el universo, se cree que podría hacerlo hasta el llamado “Gran Desgarro”. En este escenario, la expansión no solo alejaría las galaxias entre sí, sino que con el tiempo superaría la fuerza de gravedad, desintegrando primero los cúmulos de galaxias, luego las propias galaxias, después los sistemas estelares y finalmente los átomos, hasta que la estructura misma del espacio-tiempo se rompería.
Es decir, la expansión del universo debido a la energía oscura traería el fin del universo. Si los datos que este grupo de expertos presentó hoy se confirman, significa que la aceleración de la energía oscura no tendría por qué ser infinita. Los científicos creen que se ha debilitado en los últimos 4.500 millones de años. Su expansión podría disminuir, dejando el universo estable en un estado de equilibrio en el que la gravedad y la energía oscura se contrarrestarían mutuamente.
“Si la energía oscura cambia con el tiempo, podría tener profundas implicaciones para el destino final del universo. Si la energía oscura se intensifica con el tiempo, el universo podría enfrentarse a un escenario de “Gran Destrucción”, en el que galaxias, estrellas e incluso átomos se desgarrarían por la creciente tasa de expansión. Si la energía oscura se debilita o se revierte, la expansión podría eventualmente ralentizarse o incluso revertirse, dando lugar a una “Gran Crisis”, explica en The Conversation Rossana Ruggeri, miembro de la colaboración DESI, que incluye más de 900 investigadores de 70 instituciones de todo el mundo y que participó en el análisis e interpretación de los resultados.
Estos resultados se basan en un gran conjunto de datos que abarcó una ventana temporal cósmica de 11.000 millones de años, desde que el universo tenía tan solo 2 800 millones de años hasta la actualidad.
“Los futuros lanzamientos de DESI y los experimentos cosmológicos independientes serán cruciales para determinar si esto representa un cambio fundamental en nuestra comprensión del universo”, reconoce Ruggeri. “Datos futuros podrían confirmar si la energía oscura está realmente evolucionando o si los indicios actuales son solo una anomalía estadística. Si se descubre que la energía oscura es dinámica, podría requerir nueva física más allá de la teoría de la relatividad general de Einstein y abrir la puerta a nuevos modelos de física”.
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