Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Un equipo de investigadores de Estados Unidos y de China ha desarrollado un método que permite a los embriones de primates crecer en el laboratorio durante más tiempo que nunca, lo que posibilita, por primera vez, la obtención de detalles moleculares de procesos que son clave para el desarrollo. En concreto, han logrado que los embriones de mono crezcan en el laboratorio hasta 20 días. (Lea Empieza a funcionar DESI, el instrumento que creará el mapa 3D más preciso del universo)
Este trabajo, aunque se ha realizado en células de primates, puede tener implicaciones directas en el desarrollo humano, según sus responsables, entre ellos Juan Carlos Izpisúa, director del Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk. (Lea Las preguntas que deja el primer medicamento fabricado para una sola persona)
Según este instituto californiano, los hallazgos, descritos en un artículo en la revista Science, proporcionan "información valiosa" sobre el desarrollo embrionario temprano y "potencialmente" podrían contribuir a la medicina regenerativa avanzada en humanos.
"Nuestro estudio proporciona una primera mirada a esta caja negra del desarrollo temprano", apunta Izpisúa en una nota de prensa: "Ahora podemos observar cómo las células progresan a través de cada etapa embrionaria y qué factores necesitan desarrollar, lo que ayudará a crear mejores opciones para la generación de una variedad de células y tejidos".
Los científicos querían estudiar un hito temprano en el desarrollo llamado gastrulación, que ocurre cuando un embrión en desarrollo se transforma en una estructura de varias capas, llamada gástrula, de la cual se derivarán todos los tejidos y órganos futuros.
Una capa se convierte en los pulmones, el tracto gastrointestinal y el hígado; otra lo hará en el corazón, los músculos y los órganos reproductores; y una tercera se convertirá en la piel y el sistema nervioso.
Sin embargo, los científicos no conocían los factores moleculares y celulares que impulsan este proceso en los primates, debido en gran medida al acceso limitado a los embriones tempranos, explica la nota de prensa del Instituto Salk.
Para entender entonces estos mecanismos celulares y moleculares que subyacen a la gastrulación en primates, los investigadores comenzaron los experimentos de cultivo de embriones de monos en China hace tres años, explica por su parte Weizhi Ji, coautor, profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming, en China.
Este método, agrega, "puede ayudar a arrojar luz sobre aspectos hasta ahora desconocidos del desarrollo humano posterior a la implantación".
"Nuestra meta era cultivar el embrión de un primate desde un punto de vista temporal para estudiar el proceso de desarrollo", subraya por su parte Jun Wu, coautor del artículo y profesor asistente del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas.
"Queríamos monitorear los embriones todos los días para observar su forma, tamaño y patrones de migración, así como la forma en que generan diferentes tipos de células durante el desarrollo temprano de los primates".
Para estudiar mejor esta transformación crítica, los investigadores modificaron un protocolo de cultivo de embriones previamente establecido para permitir que el embrión del primate temprano se desarrollara en condiciones de laboratorio hasta veinte días.
Anteriormente los investigadores sólo habían podido mantener embriones de primates cultivados antes de la segunda semana de gestación.
"Estos resultados iluminan algunas de las redes de regulación y vías de señalización que son cruciales para el desarrollo de los primates", resume Izpisúa, quien añade que este sistema proporciona una base y un recurso para desarrollar mejores estrategias para examinar el desarrollo temprano de primates en el laboratorio, tanto desde el punto de vista de la salud como de la enfermedad.