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Santorini, una de las islas más reconocidas a nivel mundial, ha captado la atención en los últimos días debido a un aumento significativo en su actividad sísmica. Esta situación ha llevado a cerca de 11.000 personas a abandonar la isla, cuando su población local apenas alcanza los 20.000 residentes, aunque recibe anualmente a más de 5 millones de turistas.
Según el profesor de sismología Kostas Papazachos, los sismos de los últimos días son un “fenómeno sin precedentes para los registros de la región griega. No tenemos un terremoto principal, sino una secuencia de numerosos terremotos”.
Además, este jueves 7 de febrero, se declaró estado de emergencia en la isla debido a un sismo de magnitud 5,2 entre Santorini y una de sus islas vecinas, Amorgos, el pasado miércoles 6 de febrero. Este evento fue el de mayor magnitud registrado desde que comenzaron las alertas, pues, hasta ahora, las mayores magnitudes registradas eran superiores a 4.0. El gran temor, según las autoridades griegas, es que se produzca un sismo de mayor magnitud.
Vasilis Karastathis, director del Instituto Geodinámico, le dijo al medio ERTNews que todavía no se tiene certeza sobre cuándo terminarán los sismos. “Todavía estamos en medio del camino. No hemos visto ningún signo de adelgazamiento, ningún signo de regresión”, afirmó.
¿Por qué tiembla en Santorini?
En primer lugar, es necesario aclarar que, como lo hemos contado en estas páginas, todavía no existe un método comprobado científicamente para predecir la ocurrencia de un sismo en un sitio, un momento y una magnitud determinados. Incluso, si se lograra determinar dónde va a ocurrir, no podríamos saber qué va a pasar, pues es imposible saber la profundidad exacta y las características del sismo, que son claves para determinar sus efectos en la superficie.
Santorini forma parte del Arco Volcánico Helénico, una cadena de islas volcánicas, cuya última gran erupción ocurrió en la década de 1950. Aunque los recientes movimientos sísmicos en la región han generado inquietud, las autoridades griegas aseguran que estos no están relacionados con actividad volcánica, sino con desplazamientos de placas tectónicas. De hecho, la Universidad Nacional y Kapodistrias de Atenas (NKUA) aclaró que los temblores se producen dentro del arco volcánico del Egeo Meridional, pero no están vinculados a ningún centro volcánico conocido.
Un informe de la Presidencia turca de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) advierte que la actual actividad sísmica podría eventualmente desencadenar erupciones volcánicas, aunque recuerda que eventos sísmicos similares entre 2011 y 2012 no provocaron actividad volcánica. Además, aunque monitores griegos han detectado actividad volcánica en la caldera de Santorini, se ha descartado que tenga alguna relación con los sismos recientes o que puedan activar los volcanes locales, según informes conocidos por la Agencia AP.
Por ahora, el estado de emergencia en Santorini irá hasta el próximo 3 de marzo. Un medio local, Gazetede, consultó a Efthymios Lekkas, director de la Organización Griega para la Planificación y Protección Antisísmica (OASP) sobre el posible panorama que la isla tendría durante las próximas semanas. Lekkas describió tres escenarios: el primero y más probable es que los sismos continúen durante semanas o incluso meses sin superar magnitudes de aproximadamente 5,3, para luego desaparecer por un largo tiempo.
En el segundo escenario, podría registrarse un temblor de magnitud cercana a 5,5, lo cual liberaría gran parte de la tensión sísmica acumulada y daría lugar a una rápida disminución de la actividad sísmica; Lekkas considera esta opción favorable, ya que no se prevé que cause daños significativos. Finalmente, aunque poco probable, existe la posibilidad de que ocurra un sismo de hasta magnitud 6, aunque el experto subrayó que esta opción ha sido prácticamente descartada.
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