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Si alguna vez ha detallado la forma en la que duermen los gatos domésticos (Felis silvestris catus), posiblemente ha visto que, con frecuencia, lo hacen sobre su lado izquierdo. ¿Es una simple coincidencia? ¿Puede haber una explicación a este comportamiento?
Las preguntas se las hizo un equipo de investigadores, liderado por Sevim Isparta, de la Unidad de Fisiología y Comportamiento Animal, del Departamento de Medicina Veterinaria de Universidad de Bari Aldo Moro, en Italia. Junto con sus colegas acaba de publicar una investigación en la revista especializada Current Biology, en la que aseguran que detrás de esta elección puede haber una estrategia de supervivencia.
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Según escriben en el artículo, la hipótesis de la que partieron es que estos felinos adoptan una posición de sueño lateralizada porque así tienen más posibilidades de detectar a su depredadores al despertar o de identificar presas. Ya otras investigaciones habían reseñado que, como estos animales suelen dormir entre 12 y 16 horas al día, optan por hacerlo en posiciones elevadas para no ser visible para sus depredadores.
Para comprobar su planteamiento, el equipo analizó 408 videos en Youtube en los que se veía con claridad a un gato dormir sobre un costado durante, al menos, 10 segundos de manera continua. La mayoría de las imágenes que analizaron (65,1%), mostraban a estos mamíferos durmiendo hacia la izquierda. Es decir, 266 gatos. O, en otras palabras, dos tercios de los gatos que observaron.
Su hallazgo, dicen, “no solo es interesante desde la perspectiva de que los gatos muestran un sesgo significativo a nivel poblacional hacia el lado izquierdo”, sino que encaja muy bien con “hallazgos previos sobre la especialización funcional en el hemisferio derecho de los mamíferos”.
A lo que se refieren es que se cree que, en varias especies, el hemisferio derecho es esencial para procesar amenazas, lo que permite que los animales reacciones más rápido cuando un depredador se acerca. También, escriben, el hemisferio derecho “es dominante para la atención espacial y la amígdala derecha en el procesamiento del miedo en respuesta a una amenaza”.
Según sus conclusiones, dormir hacia la izquierda le daría a los gatos una visión rápida del campo visual de los objetos que se acercan hacia abajo o desde posiciones elevadas (lo cual se procesa en el hemisferio derecho).
Eso, explica el grupo de investigadores, “permitiría condiciones óptimas para el procesamiento rápido de estímulos externos en el hemisferio derecho del cerebro”.
“Las asimetrías en el comportamiento pueden tener ventajas, ya que ambos hemisferios cerebrales se especializan en tareas diferentes”, dijo en un comunicado Onur Güntürkün, otro de los autores e integrante del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad del Ruhr, en Alemania.
“Nos inclinamos a creer que el significativo sesgo hacia la izquierda en la postura al dormir en los gatos podría haber sido impulsado evolutivamente por asimetrías hemisféricas en el procesamiento de amenazas, pero no se pueden descartar otros factores”, concluye el equipo en el artículo de Current Biology.
Sin embargo, reconocen que su hipótesis puede ser objeto de debate y por eso animan a otros investigadores a buscar más respuestas sobre esta particularidad que tiene uno de los animales que hoy se ha convertido en una de las mascotas más populares en el mundo.
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