¿Por qué se empañan los lentes de gafas al usar tapabocas y cómo evitarlo?
La principal razón de la niebla en los anteojos de quienes usan mascarilla para protegerse del virus es la condensación. El agua cambia de estado dependiendo la temperatura y las exhalaciones de aire caliente cargadas de humedad golpean las gafas causando un problema muy común en esta pandemia.
Luego de un año de pandemia de coronavirus, en el mundo se tuvieron que reinventar cientos de cosas. Los hábitos de higiene innegablemente tuvieron que aumentar, la forma de saludar a otros también se transformó y elementos como el tapaboca y el alcohol se volvieron indispensables a la hora de salir de casa. Y como era de esperarse, junto con los cambios llegaron nuevos obstáculos que tuvieron que combatirse con el tiempo. Además de la dificultad para acostumbrarse a respirar con la mascarilla, uno de los problemas más comunes que causó el uso de tapabocas fue los lentes empañados de quienes utilizan anteojos.
La principal razón de la niebla en los lentes en las gafas de quienes usan mascarilla para protegerse del virus es la condensación. El agua cambia de estado dependiendo la temperatura: se evapora cuando hace calor y vuelve a su estado líquido cuando se enfría. Cuando se exhala mientras se usa tapabocas, las moléculas de agua del aliento golpean el rostro y dependiendo de cuán poroso sea el material pasan a través de la tela, pero el resto se redirige y escapa por la salida más cercana y fácil: el espacio de la parte superior entre la máscara y las mejillas.
Las gafas, por lo general, estarán siempre más frías que el aire dentro del tapabocas que la respiración mantiene caliente. El cambio de las exhalaciones cargadas de humedad golpea en los lentes causando condensación.
¿La solución?
La solución para evitar el empañamiento es evitar justamente que el aire caliente se escape por la parte superior del tapabocas. Para lograr esto es importante usar una máscara ajustada. Aquí algunas recomendaciones para poderlo hacer:
Un tapabocas con bandas para la nariz ajustables
Una mascarilla con un buen ajuste no solo es seguro para aumentar la seguridad contra el COVID-19, sino que también ayuda a evitar el empañamiento. Este tipo de tapabocas es quirúrgico por lo general. Sin embargo, es posible cocer unas entre las capas de tela y el borde superior de las máscaras comunes.
Usar agua y jabón en el lente
Otro de los secretos para evitar que las gafas se empañen es el lavado de los lentes con agua jabonosa. Es un truco utilizado históricamente para evitar la neblina que generalmente funciona pues el jabón deja una película sobre las gafas que evitan el problema. Se puede usar jabón suave para manos o también se puede probar con lavaloza.
Sujetador de tapabocas
El uso de sujetadores de mascarillas que une las orejas alrededor de la parte de atrás de la cabeza creará un ajuste más apretado que reducirá el espacio entre la piel y la parte superior del tapabocas.
Pegar la mascarilla a la nariz
En caso de que las bandas para la nariz no funcionen, se puede ajustar el tapabocas con una cinta adhesiva. Se recomienda no usar cinta transparente pues los aceites de la piel van a impedir que se sujete correctamente. Se sugiere el uso de vendaje adhesivo o una cinta quirúrgica.
Luego de un año de pandemia de coronavirus, en el mundo se tuvieron que reinventar cientos de cosas. Los hábitos de higiene innegablemente tuvieron que aumentar, la forma de saludar a otros también se transformó y elementos como el tapaboca y el alcohol se volvieron indispensables a la hora de salir de casa. Y como era de esperarse, junto con los cambios llegaron nuevos obstáculos que tuvieron que combatirse con el tiempo. Además de la dificultad para acostumbrarse a respirar con la mascarilla, uno de los problemas más comunes que causó el uso de tapabocas fue los lentes empañados de quienes utilizan anteojos.
La principal razón de la niebla en los lentes en las gafas de quienes usan mascarilla para protegerse del virus es la condensación. El agua cambia de estado dependiendo la temperatura: se evapora cuando hace calor y vuelve a su estado líquido cuando se enfría. Cuando se exhala mientras se usa tapabocas, las moléculas de agua del aliento golpean el rostro y dependiendo de cuán poroso sea el material pasan a través de la tela, pero el resto se redirige y escapa por la salida más cercana y fácil: el espacio de la parte superior entre la máscara y las mejillas.
Las gafas, por lo general, estarán siempre más frías que el aire dentro del tapabocas que la respiración mantiene caliente. El cambio de las exhalaciones cargadas de humedad golpea en los lentes causando condensación.
¿La solución?
La solución para evitar el empañamiento es evitar justamente que el aire caliente se escape por la parte superior del tapabocas. Para lograr esto es importante usar una máscara ajustada. Aquí algunas recomendaciones para poderlo hacer:
Un tapabocas con bandas para la nariz ajustables
Una mascarilla con un buen ajuste no solo es seguro para aumentar la seguridad contra el COVID-19, sino que también ayuda a evitar el empañamiento. Este tipo de tapabocas es quirúrgico por lo general. Sin embargo, es posible cocer unas entre las capas de tela y el borde superior de las máscaras comunes.
Usar agua y jabón en el lente
Otro de los secretos para evitar que las gafas se empañen es el lavado de los lentes con agua jabonosa. Es un truco utilizado históricamente para evitar la neblina que generalmente funciona pues el jabón deja una película sobre las gafas que evitan el problema. Se puede usar jabón suave para manos o también se puede probar con lavaloza.
Sujetador de tapabocas
El uso de sujetadores de mascarillas que une las orejas alrededor de la parte de atrás de la cabeza creará un ajuste más apretado que reducirá el espacio entre la piel y la parte superior del tapabocas.
Pegar la mascarilla a la nariz
En caso de que las bandas para la nariz no funcionen, se puede ajustar el tapabocas con una cinta adhesiva. Se recomienda no usar cinta transparente pues los aceites de la piel van a impedir que se sujete correctamente. Se sugiere el uso de vendaje adhesivo o una cinta quirúrgica.