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Cada año, los premios Ig Nobel, de la revista Annals of Improbable Research, galardonan a las investigaciones que “primero hacen reír a las personas y luego las ponen a pensar”. Ya se han revelado los ganadores de 2024, que se reunirán este sábado para discutir sobre sus curiosos trabajos en el Museo del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Estados Unidos.
Uno de los estudios reconocidos fue llevado a cabo por la Universidad Médica de Tokio y se encuentra en la revista Med, publicada por la empresa Cell Press. Los investigadores se inspiraron en organismos como las lochas, que respiran por el intestino, para evaluar si algunos mamíferos tienen la misma capacidad. Descubrieron que animales como ratones, ratas y cerdos pueden absorber oxígeno “mediante el aprovechamiento de la ventilación enteral a través del ano”, dice el artículo.
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En cuánto a la física, el premio se lo llevó James C. Liao, de la Universidad de Harvard, pues se dedicó a analizar el movimiento de los peces y descubrió que “una trucha muerta también mueve su cola al ritmo de la corriente, usando su cuerpo como un velero para navegar contra el viento”. Así, aunque inerte, el agua contribuye a que el pez “siga nadando”.
Por otro lado, 50 investigadores se propusieron reevaluar la probabilidad de que una moneda caiga de un lado u otro. Lanzaron 350.757 monedas y respaldaron la hipótesis de Persi Diaconis, un profesor de estadística en la Universidad de Stanford, que plantea que las monedas tienen una muy ligera tendencia a caer en la misma posición que tenían al momento de su lanzamiento, en la mano.
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En la categoría de botánica, el premio se le concedió a Jacob White, también en Estados Unidos, y a Felipe Yamashita en Alemania. Ambos presentaron evidencia de que una planta de Suramérica, la Boquila trifoliolata es capaz de imitar hojas de plantas de plástico que son puestas a su lado, planteando la hipótesis de una posible “visión de las plantas”. Sus resultados fueron publicados en la revista Plant Signaling and Behaviour.
Por su parte, la revista Brain, divulgó un estudio de un equipo de científicos de Suiza, Bélgica y Alemania que hicieron una prueba con 77 personas que generaba incomodidad en la nariz. A los participantes se les dijo que parte de un tratamiento y a quienes sentían más dolor, los resultados les parecieron “más efectivos”. En otras palabras, los investigadores sugieren que los efectos secundarios en los medicamentos pueden generar una reacción positiva en los pacientes.
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Otra de las diez investigaciones premiadas fue dirigida por la Asociación Estadounidense de Psicología. La hija del difunto psicólogo Burrhus Frederic Skinner recibió el galardón por la idea de su padre de usar palomas para guiar misiles hacia sus objetivos.
Y en química, el galardón se lo llevó un equipo de la Universidad de Ámsterdam que publicó sus hallazgos en la revista Science Advances. En un experimento que realizaron con gusanos Tubifex tubifex, los pusieron en un laberinto, la mitad de ellos en su estado normal y el restante fue expuesto a una solución de etanol al 5%. Los gusanos “sobrios” lograron un tiempo 50 segundos más rápido que el de los demás.
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