Si no fuera porque hay una comunidad científica que produce investigación y logra resultados, la ciencia colombiana estaría infectada, en cuidados intensivos y a punto de fallecer sin una posible vacuna que con varias dosis la recupere.
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Ante el nombramiento de Tito Crissien como ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación llovieron cartas de reconocidos organismos de ciencia en el país, editoriales y columnas de opinión aduciendo los casos de plagio en artículos científicos, entre otras actividades que generan dudas sobre la idoneidad del nuevo ministro.
“El nombramiento de un ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación debe consultar con estrictos criterios de competencia y ética, cualidades esenciales para que él o ella cuente con el respeto, la confianza y el apoyo generalizado de científicos, empresariado, comunidades, público en general, colegas ministros y otros funcionarios”, dice la carta de quienes actuaron como directores de Colciencias y dirigieron al presidente Iván Duque. “Las capacidades y ética de la persona escogida han de estar por encima de cualquier duda”.
La Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (AvanCiencia) le preguntó al presidente Duque cómo es posible que un administrador de empresas con MBA sea coautor de un artículo científico sobre nanopartículas de carbón, lo que “requiere gran conocimiento en química inorgánica”. La firman su presidente, el físico Eduardo Posada Flórez y su directora, María Piedad Villaveces.
“Que el señor Crissien llegue a ocupar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en circunstancias que están lejos de aclararse, le haría grave daño a ese nuevo Ministerio cuyo funcionamiento debe estar orientado por los paradigmas internacionalmente aceptados de la investigación y la generación de conocimiento, partiendo del respeto a parámetros como rigor, excelencia, mérito, transparencia y confiabilidad”, dice la carta de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, firmada por el presidente del Consejo Directivo y exministro de ambiente, Manuel Rodríguez Becerra y la directora ejecutiva Verónica Hernández.
Y la Junta directiva de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFyN) expresó extrañeza y desaliento ante este nombramiento: “Esta designación constituye un mensaje muy negativo para la sociedad colombiana, y en particular para las nuevas generaciones, al ignorar prácticas antiéticas mundialmente rechazadas por la comunidad científica y académica”.
Pero no es la primera vez que hay controversia. Miembros de la comunidad científica tampoco reconocieron el nombramiento de la primera ministra Mabel Torres.
Tampoco han valido los argumentos de defensa de Crissien, quien niega el plagio. En entrevista con El Tiempo, el nuevo ministro de Ciencias dijo que su nombre fue incluido sin autorización en el artículo científico mencionado, e hizo énfasis en que en septiembre del año pasado inició un proceso legal para esclarecer el tema.
El gobierno habla de los aciertos y algunos investigadores colombianos trinan indignados por el rumbo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación; y se preguntan cuál ha sido el beneficio de haberle subido el estatus a Colciencias, qué pasa con las quejas de quienes han sido seleccionados en el programa de becas crédito para doctorados, y ahora, ¿cuál será el rumbo del Minciencias con Crissien como ministro?
Sergio Cristancho, viceministro de conocimiento, innovación y productividad desde hace unos tres meses, asegura que ha habido logros, como el aumento de laboratorios de biología molecular: hoy hay más de 90 ubicados en casi todas las regiones del país, como respuesta a la pandemia, financiados con recursos de regalías. “Han ayudado muchísimo en identificación, diagnóstico, mitigación de la pandemia y en el seguimiento incluso en los procesos de vacunación”.
Doctor en Psicología cultural y Ambiental de la Universidad de Illinois, investigador científico desde hace más de dos décadas y exvicerrector de investigación de la Universidad de Antioquia, destaca también la puesta en marcha de las recomendaciones de la Misión Internacional de Sabios entregadas a finales del 2020. “Ya se lanzó la [convocatoria] de bioeconomía y las de Colombia equitativa y Colombia productiva se lanzarán antes de que termine el año”, dice.
Cristancho considera que la comunidad científica colombiana se ha consolidado en los últimos tiempos, ofreciendo respuestas en muchas áreas del conocimiento a las necesidades del país.
En eso están de acuerdo muchos de sus miembros, entre ellos el vicerrector de investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, Luis Miguel Renjifo: “En las últimas dos décadas el fortalecimiento de las capacidades de investigación en el país es impresionante, así como la evolución en calidad de formación de los profesores en las universidades”. Es “sustancial”, complementa, porque es en las universidades donde se produce la mayor parte del nuevo conocimiento en el país.
¿Para dónde va la ciencia en el país?
Indudablemente Cristancho hace todo lo que puede. Pero es mucho lo que es necesario hacer. Por ejemplo, no hay una política de ciencia, tecnología e innovación desde hace varios años. Existe un documento CONPES que, dice Cristancho, está en revisión para ajustes, hay un decreto esbozado que define la gobernanza del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), pero la Corte Suprema declaró la inexequibilidad diferida a la ley que creó el Minciencias (Ley 1951 de 2019). Así que es necesario trabajar también para darle una respuesta a la Corte. Este punto además se lo recomendó especialmente el presidente Duque al nuevo ministro Crissien en el momento de posesionarlo.
“Me preocupa que a pesar de ser Ministerio, no tengamos una visión de largo plazo, ni peso político”, opina la exdirectora de Colciencias y hoy senadora María del Rosario Guerra. “Cuando hablo de peso político no es partidista, es voz ante la opinión pública, es dinámica frente a los ciudadanos de que este país está mirando hacia adelante, se está anticipando, se está preparando y está dando lineamientos”.
Por su parte Villaveces, de AvanCiencia, dice que lo primero que ha debido hacer el Minciencias era generar una política, pero en eso “no ha tenido liderazgo. Estamos viviendo con la política del siglo pasado”, le dijo a Pesquisa Javeriana.
El exviceministro e investigador de la Universidad Nacional de Colombia, Diego Hernández, dejó un borrador de decreto que buscaba modificar objetivos, componentes y actores del SNCTI, e imprimirle una “gobernanza de alcance nacional y regional en términos de las instancias, composición, funciones, así como aspectos relacionados con su organización, relacionamiento, coordinación y cooperación, que permitan el logro de las metas propuestas y el fortalecimiento del sector”.
Todo esto lo debe liderar el Minciencias, de acuerdo con la exviceministra de Talento y apropiación social, Sonia Monroy, investigadora y profesora titular de la Universidad Nacional. “Yo creo que la presentación de la nueva ley es una oportunidad para hacer los ajustes en la nueva estructura”, dice; “de todas maneras, dado que uno de los problemas más grandes del SNCTI en este momento es la gobernanza, si el Ministerio no lidera, otra entidad lo hará”.
Los colombianos, la pandemia y la ciencia
María del Rosario Guerra es optimista cuando dice que gracias a tener un Minciencias, “hoy siento que cuando a alguien le hablan de ciencia y tecnología sabe que eso es importante para el país y que hay que apoyar y seguir trabajando”.
Villaveces la secunda: “Yo veo que hay un posicionamiento de la ciencia. No había una comprensión dentro de la sociedad de la importancia, de la relevancia, de generar procesos de investigación científica”. Y la pandemia ha ayudado a que los ciudadanos entiendan la importancia de la ciencia.
El senador Iván Darío Agudelo sugiere hacer ´viral´ la ciencia. “La pandemia nos cambió las preguntas”, dice; “las respuestas deben provenir de parte de la ciencia y de los científicos”.
Cristancho hace suyas las palabras del presidente Duque cuando dice que es necesario posicionar al país como una sociedad del conocimiento y entre los retos menciona “mejorar esfuerzos en comunicación pública de la ciencia para que la ciudadanía pueda tener una mayor comprensión de los aportes que hace la ciencia a los problemas estructurales del país”.
Pero lo que necesita Colombia son unos tomadores de decisión que realmente estén convencidos de la importancia de la ciencia porque, de acuerdo con el exsubdirector de Colciencias, Hernán Jaramillo, “un país que desprecia la ciencia no tiene futuro”.
Financiar la ciencia
Respecto a la financiación de la ciencia, Colombia está en deuda desde hace décadas y peor ahora por las consecuencias de la pandemia en los niveles económico y social.
“En el Presupuesto General de la Nación es donde quisiéramos tener de manera más permanente unos recursos disponibles. Pero con la situación de país sabemos que eso es difícil, entonces hay que buscar otras fuentes alternativas de financiación”, dice Cristancho, y menciona las bondades de los recursos provenientes de las regalías, los beneficios tributarios para el sector privado y la cooperación internacional. “La estrategia actual del Minciencias es consolidar alianzas y articular a los actores claves del Sistema”.
Los directores de Colciencias, conocedores de la situación, aseguran que “el Ministerio solo podrá impulsar el conocimiento como motor del desarrollo y la transformación de la economía y la sociedad si su financiación corresponde a las necesidades de un país que está comprendiendo el papel que puede desempeñar la ciencia, la tecnología y la innovación en asegurar el bienestar de sus ciudadanos”.
Renjifo lo dice en una frase: “Falta tener una inversión mucho más contundente en investigación y tener una institucionalidad más robusta”.
Corolario
La situación puede haber cambiado con la posesión del exrector de la Universidad de la Costa, CUC, como ministro. ¿Qué le espera entonces a la ciencia colombiana?
Queda la duda de si fue un avance lo que nos han vendido como la ´creación´ del Ministerio de ciencias. “No estábamos creando algo nuevo”, confesó a Pesquisa Javeriana el senador Iván Darío Agudelo, líder de la propuesta de tener un Ministerio de ciencias, “sino transformando a Colciencias en Ministerio”. Cambio de letrero, con un agravante. Prima un criterio de ajedrez político antes que las cualidades de los posibles aspirantes a ministro.
Una voz autorizada de la comunidad científica, la bacterióloga javeriana y miembro de la Academia de Ciencias, Susana Fiorentino, trinó: “Nos deja sin palabras que a pesar de las múltiples denuncias, Iván Duque haya hecho caso omiso de las recomendaciones de la academia, priorizando los intereses políticos por encima del hecho que Minciencias puede ser la luz en el camino del desarrollo sostenible del país”.
“Mucha gente de la comunidad científica creía, y a mí me parece un poco ingenuo, que el ministerio iba a solucionar los problemas”, asegura Villaveces, de Avanciencia. “Es un puesto más en el Consejo de ministros, pero si uno no tiene credibilidad, si uno no tiene una política clara y si uno no tiene recursos, pues se convierte solamente en que está sentado ahí nada más”.
Y recomienda tres puntos: más diálogo entre el ministerio y la comunidad científica sobre temáticas relevantes para el fortalecimiento de la ciencia en Colombia, que el ministerio lidere la promulgación de proyectos de ley ante el Congreso y lo tercero, “llevaría con mucha seriedad una política de ciencia y tecnología al Conpes para que tengamos un lineamiento claro desde el sector público hacia dónde va esa política de ciencia y tecnología en este país”.
Lo dijo Moisés Wasserman, comisionado de la Misión de Sabios: “Uno debe llegar a un cargo por ser importante, no para ser importante”.
¿Y la vacuna para sacar a la ciencia de cuidados intensivos? Velar siempre por la ética y la competencia académica como pilar fundamental para lograr resultados y proponer soluciones viables a los problemas del país, donde la ciencia, la tecnología y la innovación sean sus aportantes más idóneos y competentes.
*Este artículo fue publicado originalmente en la revista Pesquisa, de la Universidad Javeriana.