La agencia espacial rusa Roscosmos anunció el lunes 13 de febrero que aplazaba hasta principios de marzo el lanzamiento de una nave Soyuz MS-23 para traer a la Tierra a tres tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS), tras detectar un nuevo escape en una nave carguera automática. Pese a la gravedad del daño, se declaró que la tripulación de la estación no corre ningún peligro.
Desde el sábado 11 de febrero, Roscosmos había indicado que registró “una caída de presión en el carguero Progress MS-21, que debe desamarrarse de la ISS el 18 de febrero” y que estaba “analizando las causas”.
“La temperatura y la presión a bordo de la ISS tienen niveles normales”, agregó la agencia rusa en un comunicado.
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Fue entonces cuando el pasado lunes, el jefe de Roscosmos, Yuri Borisov, declaró que debido a este incidente, “el lanzamiento de la nave Soyuz MS-23 sin tripulación fue postergado a los primeros diez días de marzo cómo máximo”.
Este nuevo incidente tiene lugar dos meses después de que se detectara un escape en otra nave rusa acoplada a la ISS, que debía traer a Tierra a dos cosmonautas rusos y a un astronauta estadounidense.
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La agencia rusa decidió entonces enviar otra nave para recuperar a los tres tripulantes, cuya misión concluye en los próximos días. Es precisamente esta segunda nave la que fue aplazada el pasado lunes 13 de febrero.
“Aunque el resultado de las dos situaciones de emergencia sea el mismo, las causas pueden ser diferentes”, explicó Borisov a propósito de los dos escapes.
La ISS es uno de los pocos sectores en los que Rusia y Estados Unidos todavía cooperan, tras el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, el 24 de febrero, y las sanciones occidentales que le siguieron.