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Antes de dormir, en ese momento en el que muchos pensamientos llegan al tiempo, en normal hacer un esfuerzo consciente para “dejar de pensar” o “poner la mente en blanco”. Pero, ¿es posible?
La ciencia ha estudiado durante años lo que ocurre con el cerebro, por ejemplo, cuando duerme. Por eso, es conocido que, aun en ese estado de inconsciencia, el cerebro tiene actividad. A veces, se manifiesta en forma de sueños.
Sin embargo, cada vez hay más indicios sobre momentos en los que efectivamente el cerebro se vacía de contenido. Un grupo de científicos hizo una investigación sobre ese fenómeno y sugieren que podría tratarse de un estado mental independiente de otros conocidos, aunque reconocen que aún falta mayos investigación al respecto. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Trends in Cognitive Sciences.
Los investigadores ponen como referencia un estado conocido, que son los sueños en blanco, un momento durante el descanso en el que las personas experimentan una especie de sueño sin contenido. Sin embargo, proponen que este debería diferenciarse de la “mente en blanco”.
Por esta se refieren a un estado espontáneo o inducido en el que las personas quedan, por un período de tiempo, sin pensamientos. Para analizarlo, utilizaron electroencefalogramas y resonancias magnéticas del cerebro de participantes. A estos les pedían eso: poner su mente en blanco.
Tras analizarlas, encontraron similitudes entre los estados espontáneos e inducidos, que también habían sido estudiados en investigaciones previas. La mente en blanco espontánea se entiende como aquellos momentos en los que, al realizar una tarea, de repente la mente se queda vacía. Un ejemplo cercano podría ser ese momento en que alguien va a la cocina, abre la nevera y por algunos segundos se olvida de qué era lo que iba a buscar. En cambio, el inducido sería ese momento antes de dormir en el que la persona deliberadamente busca “dejar de pensar”.
Los científicos creen que estos dos estados se parecen entre sí y se diferencian de otros que han sido estudiados, como el de los “sueños blancos”. Sugieren, además, que estos episodios pueden vincularse al cansancio, la falta de concentración e incluso a algunos trastornos como el déficit de atención. También a momentos de esfuerzo límite, como cuando se hace actividad física de alta intensidad.
Como conclusión de su estudio, sugieren que se contemple en próximos estudios a la mente en blanco como un posible estado mental independiente, con el fin de conocer que otros efectos tiene, y a que otros factores puede estar asociado.
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