Una vez más, como se ha vuelto costumbre en cada ciudad del mundo que visita, Taylor Swift agotó tres fechas en el Estadio Murrayfield de Edimburgo, Escocia. La artista volvió a ese país después de casi nueve años de su última presentación y vendió cerca de 219.000 entradas, 73.000 por cada concierto.
El primero fue el pasado viernes 7 de junio y cerró con el estadio lleno el domingo 9 de junio. El éxito parecía anunciado desde el pasado 19 de abril, cuando Swift lanzó su álbum “The tortured poets department”, que vendió más de 270.000 copias en su primera semana en Reino Unido, el mayor registro de ventas en los últimos siete años, según reportó BBC.
Pero, el lleno total de sus conciertos y los cientos de miles de ventas de su álbum no fueron la única sorpresa de su gira por Escocia. La artista repitió algo que ya había sucedido en su concierto en Seattle, Estados Unidos, en julio de 2023: sus fanáticos bailaron tan fuerte que causaron actividad sísmica.
Así lo reportó ayer el British Geological Survey (BGS), el servicio de monitoreo de temblores de Reino Unido, tras hacer un monitoreo a las tres fechas de presentación de Taylor Swift. Los investigadores, además, registraron cuáles fueron las canciones que más actividad generaron. Sus conciertos “ahora han sido reconocidos científicamente como ‘temblores de tierra’”, apuntó el organismo en un comunicado.
El primer hallazgo de los investigadores fue que se reportó en dos estaciones de seguimiento de actividad sísmica cercanas al estadio, una de ellas a 6 kilómetros del escenario. Aunque ocurrió algo similar durante los tres conciertos, la noche de mayor movimiento fue la primera, el viernes 7 de junio.
“Según la amplitud máxima de movimiento (la distancia que se mueve el suelo), el evento del viernes por la noche fue el más enérgico por un pequeño margen, registrando 23,4 nanómetros (nm) de movimiento, frente a 22,8 nm y 23,3 nm del sábado y domingo respectivamente”, explicó la entidad.
Además, los científicos encontraron que Taylor Swift generó un patrón sismográfico similar en las tres noches, pues los asistentes al concierto generan más energía y movimiento con cuatro canciones en particular.
“La actividad fue generada principalmente por fans que bailaban al ritmo de la música y alcanzó su punto máximo a 160 pulsaciones por minuto (bpm) durante ‘...Ready For It?’, donde la multitud transmitía aproximadamente 80 kW de potencia (equivalente a alrededor de 10 a 16 baterías de coche)”, dijo el BGS. Esta canción fue interpretada por Swift a la mitad de las más de tres horas de presentación cada noche.
Antes, poco después del inicio del concierto, la segunda mayor actividad sísmica se registraba cuando Taylor cantaba Cruel summer. Después, en la segunda parte del show, aunque con picos de actividad considerablemente más bajos, los movimientos de tierra registrados fueron en Champagne problems y Shake it off.
También hubo una frecuencia de movimiento alta, superior a 120 bpm, cerca del final del concierto, cuando se daban aplausos que duraban alrededor de cuatro minutos, según BGS.
Finalmente, los investigadores aclararon que “si bien los eventos fueron detectados por instrumentos científicos sensibles diseñados para identificar incluso la más mínima actividad sísmica a muchos kilómetros de distancia, es poco probable que las vibraciones generadas por el concierto fueran sentidas por nadie más que aquellos que se encontraban en las inmediaciones del estadio”.
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