El 16 de septiembre de 2023, un deslizamiento provocó que más de 25 millones de metros cúbicos de roca y hielo cayeran en el fiordo de Dickson, en Groenlandia. Como consecuencia, se generó un mega tsunami de 200 metros de altura que, durante nueve días, estuvo moviéndose de lado a lado en un proceso que se conoce como ‘seiche’. La oscilación de esta enorme cantidad de agua, suficiente para llenar 10.000 piscinas olímpicas, generó fuertes vibraciones en todo el planeta, desde el Ártico hasta la Antártida. Así lo revela un reciente estudio publicado en la revista Science.
Por más de una semana, varios observatorios sismológicos a nivel mundial captaron la señal sísmica que produjo este fenómeno, que además era diferente a la de los terremotos, pues su frecuencia era algo similar a un zumbido de sonido monótono. En ese momento, los investigadores dejaron registro de un objeto sísmico no identificado (USO, por sus siglas en inglés).
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Con el tiempo se consolidó un equipo multidisciplinario, en el cual participaron 68 científicos de 40 instituciones internacionales, entre ellas el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, con el fin de comprender este evento sin precedentes. Los expertos combinaron “datos sismológicos, de infrasonido, además de mediciones de campo únicas, imágenes terrestres y satelitales, así como simulaciones de olas de tsunami”, de acuerdo con un comunicado del equipo.
También utilizaron imágenes del ejército danés, que en aquel entonces viajó hacia la zona para dejar registro de los efectos del tsunami y el deslizamiento de la montaña que se elevaba 1,2 km por encima del fiordo. A partir de modelos matemáticos, demostraron que el agua se movía de un lado a otro cada 90 segundos, coincidiendo con el período de oscilación de las ondas sísmicas.
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Otro de los hallazgos que destacan los científicos es que el fenómeno se dio porque los glaciares en la base de la montaña han reducido su tamaño. Kristian Svennevig, del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia (GEUS) y autor principal del estudio, dijo que este es el primer deslizamiento de tierra y tsunami que se observa en el este de Groenlandia, lo cual indica que los efectos del cambio climático ya están causando estragos en el área.
Por su parte Brent Grocholski, el editor del artículo científico, señaló que “el cambio climático impulsa la retroalimentación entre la criosfera, la hidrosfera y los eventos de pérdida de masa”. Afortunadamente, dicen los científicos, en ese momento no había cruceros cerca del fiordo, pues es una ruta turística. Sin embargo, olas de cuatro metros de altura del tsunami dañaron una base de investigación a 70 km de distancia, y arrasaron con sitios de patrimonio arqueológico en todo el sistema de fiordos.
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“Será más importante que nunca caracterizar y monitorear las regiones que antes se consideraban estables y proporcionar una alerta temprana de estos deslizamientos de tierra y tsunamis masivos”, afirma el comunicado. Para Grocholski, este estudio da luces para entender estas interacciones y fenómenos desde nuevos enfoques.
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