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Dejarse morder 200 veces por culebras, un antídoto universal y los límites éticos

Su sangre hizo parte de una investigación que busca crear un antídoto universal contra veneno de serpientes, pero que tuvo varias limitaciones. Además, algunos investigadores advirtieron cuestiones éticas por la exposición del hombre a las mordeduras.

Redacción Ciencia

07 de mayo de 2025 - 07:53 p. m.
La mordedura de serpiente es considerada la más letal de las 20 enfermedades tropicales desatendidas listadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). /Getty
Foto: LightRocket via Getty Images - Getty Images
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Tim Friede es un estadounidense que se dedica a colectar serpientes venenosas. Centivax, la empresa de biotecnología en salud para la que trabaja, lo define como un “herpetólogo autodidacta” debido a que hace más de 20 años ha desarrollado un experimento de alto riesgo para hacerse inmune al veneno de algunas serpientes.

Friede ha recibido más de 200 mordeduras de serpientes, incluidas algunas de las de mayor importancia médica, y se ha autoadministrado más de 700 dosis diluidas de veneno con el fin de desarrollar resistencia a este. “Al darse cuenta de que había alcanzado un nivel de hiperinmunidad inusual para un ser humano, comenzó a contactar con la comunidad terapéutica para solicitar que se investigara su caso y así generar un antiveneno universal”, explica Centivax en su página web.

Recientemente, un grupo de investigadores de ese y otros centros de investigación publicaron un artículo científico en la revista Cell. Allí dan los resultados de un estudio que desarrollaron utilizando la sangre de Friede para desarrollar un antídoto para el veneno de varias serpientes. Aunque es un primer paso para pensar en un antídoto de amplio espectro (que sirva para varios venenos), los científicos reconocen que tiene varias limitaciones.

Además, otros expertos, consultados por la revista Nature, advirtieron algunos cuestionamientos éticos, así como consideraciones sobre esta investigación.

La gran variedad de venenos

En el mundo hay 600 especies conocidas por la ciencia que tienen la capacidad de producir veneno e inyectarlo a través de sus colmillos. Pero, apenas 85 de estas especies, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son consideradas de máxima importancia médica debido a su letalidad para los humanos.

Estas suelen ubicarse en zonas tropicales del mundo, como Colombia. El envenenamiento por mordedura suele ser accidental o por imprudencia humana, que se trata de animales huidizos que atacan solo cuando se sienten en peligro. Aun así, la OMS estima que más de 80.000 muertes en el mundo son causadas por estos accidentes.

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El desarrollo de los antídotos es complejo, según explican los científicos en la revista Cell, porque se trata de venenos con toxinas que varían de especie en especie, y que incluso pueden tener una variación en su letalidad entre individuos de una misma especie, dependiendo de condiciones ecosistémicas y genéticas.

Debido a esto, es difícil tener sueros antiofídicos o antisueros, como se conoce a estos antídotos, que sirvan para más de una especie. También es un reto para los profesionales de la salud determinar la cantidad que debe aplicarse al paciente.

Los científicos identificaron dos anticuerpos claves en la sangre de Friede tras su exposición al veneno de diferentes serpientes durante 20 años. Tras analizarlos, encontraron que podrían hacer frente a un amplio espectro de toxinas y decidieron desarrollar un antisuero que pudieran testear en ratones.

Como resultado, encontraron que el antídoto que utilizó los anticuerpos de Friede tenía resultados efectivos en los ratones que eran expuestos al veneno de 19 especies, algo que no se había registrado antes. Pero, la investigación tiene varias limitaciones.

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Las limitaciones del estudio

Una de las primeras limitaciones que reconocen los autores del estudio es que “se trata de ratones, no de humanos”. Esto quiere decir que el antídoto probado no cuenta con evidencia para ser utilizado en personas, y aún tiene un camino por recorrer para poder buscar esa evidencia.

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Uno de los primeros pasos será probar el antídoto con cantidades diferentes de veneno. El experimento adelantado por los científicos utilizó dosis controladas de veneno, y “las mordeduras de serpiente reales pueden inyectar dosis de veneno más altas, lo que podría revelar efectos tóxicos de componentes adicionales no detectados aquí”, señalan en la publicación.

Otro de los aspectos a considerar es que el antídoto fue probado con el veneno de serpientes pertenecientes a 10 géneros, pero todas pertenecientes a la familia Elapidae. Esta familia agrupa a 300 de las 600 especies venenosas que existen, por lo que no cuenta con evidencia para la otra mitad de especies que representan algún tipo de importancia médica.

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Otros aspectos que expertos consultados por la revista científica Nature piden tener en cuenta son los éticos. Para ellos, hay una “preocupación por la ética de esta investigación debido a los riesgos que asumió Friede”, apunta el artículo de prensa.

Frente a esto, los autores del estudio fueron enfáticos en que Friede no se sometió a las picaduras como parte de la investigación, sino que lo hizo por iniciativa propia y posteriormente contactó a los científicos. Además, aseguraron que ya obtuvieron los anticuerpos de su sangre y los replicaron en el laboratorio, por lo que no es necesario que se vuelva a exponer a una práctica que pone en riesgo su vida.

Finalmente, uno de los expertos planteó una duda frente a la efectividad de pensar en un antídoto universal, pues asegura que en la mayoría de los casos sí se cuenta con los antisueros necesarios, pero estos no son aplicados a tiempo. “Necesitamos buscar maneras de acercar los antivenenos a las zonas donde se producen las mordeduras de serpientes venenosas y convencer a los pacientes de que acudan al hospital con mayor rapidez. No hay motivos para creer que la nueva generación de anticuerpos de amplio espectro logre estos resultados”, afirmó para Nature Jean-Philippe Chippaux, investigador emérito del Instituto Nacional de Investigación para el Desarrollo Sostenible de Francia.

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