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Un hombre de 40 años de Nueva Gales del Sur, Australia, se convirtió en la primera persona en el mundo con un implante de corazón artificial. El equipo de médicos que estuvo a cargo de esta hazaña confirmó este miércoles, 12 de marzo, que el paciente ha sobrevivido 100 días con este dispositivo, por lo que lo catalogan como un “éxito clínico absoluto”.
El paciente, que prefirió no ser identificado, sufría una insuficiencia cardíaca grave. Por esta enfermedad, se ofreció como voluntario y así se convirtió en el primer receptor de un corazón artificial total en Australia y el sexto en el mundo.
Paul Jansz, cirujano cardiotorácico y de trasplantes, fue el encargado de liderar el grupo que realizó el implante de este dispositivo el pasado 22 de noviembre. Lo hizo en el hospital St Vincent de Sydney. En febrero, el paciente recibió el alta hospitalaria con el implante.
El encargado de elaborar el corazón artificial de BiVACOR fue el doctor Daniel Timms, quien lo describió como la “primera bomba de sangre rotatoria implantable del mundo que puede actuar como un reemplazo completo de un corazón humano”.
Para conseguirlo, este corazón emplea una tecnología de levitación magnética, que es conocida por utilizar campos magnéticos para elevar y propulsar objetos. En este caso, se usa para replicar el flujo sanguíneo natural de un corazón sano.
El doctor Timms aclara que, si bien el implante se encuentra en las primeras fases de estudio clínico, su función ha mostrado avances significativos en los pacientes con insuficiencia cardíaca biventricular terminal. Esta enfermedad, explica el médico, se desarrolla generalmente después de otras afecciones, como por ejemplo las enfermedades coronarias.
Generalmente, cuando se presentan este tipo de afectaciones, el corazón ha sufrido un daño o ha quedado debilitado, lo que genera que se le dificulte bombear sangre de manera efectiva.
BiVACOR, sin embargo, por el momento no funciona como un implante definitivo. Su función se centra en ser un puente para mantener vivos a los pacientes hasta que esté disponible un trasplante de corazón de donante. El objetivo de la empresa es que a largo plazo se pueda convertir en un implante de por vida.
En Estados Unidos se realizaron el año pasado los primeros cinco implantes. Pero, los pacientes, antes de ser dados de alta, ya habían recibido corazones de donantes. En ese entonces, el tiempo más largo entre el implante y el trasplante fue de 27 días.
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